13 días de angustia

SPC
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El rescate de Julen ha sido una lucha constante contra el reloj y la paciencia, aunque marca todo un ejemplo por el enorme trabajo de los efectivos y el apoyo incondicional de los vecinos

13 días de angustia - Foto: JON NAZCA

El ruido de la maquinaría pesada, el ajetreo del personal que ha integrado un dispositivo de rescate sin precedentes en España, el ir y venir de vecinos y prensa dio paso ayer al silencio más absoluto. El pulso que el Cerro de la Corona ha mantenido durante los últimos 13 angustiosos días ha cesado.

La tranquilidad regresa a Totalán, un pequeño pueblo de la comarca malagueña de la Axarquía convertido en epicentro del esfuerzo colectivo, un lugar que queda marcado por la tragedia tras localizarse la pasada madrugada del cuerpo sin vida de Julen en el pozo donde ha permanecido atrapado casi dos semanas.

La caída

El 13 de enero, el 112 recibe una llamada alertando de que un niño de apenas dos años se ha caído en un pozo en una finca privada en la localidad malagueña de Totalán.

Las dimensiones del orificio, de 110 metros de profundidad y apenas 25 centímetros de diámetro, dificultaron desde el primer momento las previsiones para rescatar al pequeño.

El pulso de la montaña

La entrañas del Cerro de la Corona se han resistido a cada paso de la operación, lo que ha puesto a prueba la paciencia, aunque no el ánimo, de todo el personal.

Allí, la montaña ha mostrado su peor cara en todas y cada una las fases, rebelándose con una dureza extrema que ha sorprendido incluso a los experimentados mineros de salvamento llegados desde la otra punta del país.

Solidaridad

Ese pulso implacable que ha mantenido el Cerro de la Corona ha servido de motor de la oleada de humanidad encabezada por los vecinos de Totalán, que no han dudado en abrir las puertas de sus casas para ofrecer abrigo a la familia de Julen, a los equipos de rescate e incluso a la prensa.

Los ocho de hunosa

Sin embargo, si hay unos rostros que merecen ser reconocidos por su intensa labor y una esperanza intacta de que Julen les esperara con vida han sido los de los ocho mineros que no han dudado en dejarse la piel en la labor de rescate.

Durante casi 32 horas, la brigada de salvamento de Hunosa ha trabajado para terminar con los 3,8 metros de túnel de tierra y roca que les separaba del lugar en el que se encontraba el niño.