Pilar Martínez Cuervas-Mons deja la presidencia de Manos Unidas en Albacete estos días, pero continuará muy ligada a la ONG ya que asume medios de comunicación. La voluntaria desde 2007 en la organización de la Iglesia Católica hizo balance de su presidencia y apuntó las líneas de su nueva tarea. 

Deja la presidencia, pero asume una nueva responsabilidad. 

Pues sí, dejo la delegación de Manos Unidas en Albacete, porque llevo ya seis años y siete meses en el cargo, pero este año, debido a la pandemia, no se pudieron hacer las elecciones en mayo y se tuvieron que retrasar hasta diciembre. Ahora creo que me encargaré de los medios de comunicación, que me parece que son muy importante, para propagar nuestras actividades, nuestro trabajo a toda  la sociedad. 

¿Cuándo tomó posesión?

Tomé posesión en mayo de 2014, por eso tendría que haber cesado en mayo de 2020, pero no pudo ser. 

Como tenemos elecciones, con programa y objetivos, porque Manos Unidas es una organización muy serie, Celia Monteagudo, profesora  de inglés y también inspectora de Educación en los últimos años, es la nueva presidenta delegada, una persona muy preparada, muy valida y lo hará lo mejor que pueda, como hemos hecho todas las que hemos estado al frente.  

¿Falta algún trámite?

Se comunicó al obispo, que ya dio su visto bueno, el plácet, y estamos esperando que de Madrid manden el nombramiento. En los próximos días recibiremos ese nombramiento de Celia Monteagudo, como nueva delegada. 

¿Mereció la pena?

Pues sí la verdad es que es un trabajo apasionante, consigues unos objetivos preciosas porque ves que puedes facilitar y mejorar la vida de muchísimas personas y eso te da una satisfacción enorme. 

En mi primer año, la verdad es que iba mal de tiempo, fue agotador porque estaba todavía en activo, hasta que después me jubilé y la verdad es que aprendes poco a poco y   merece la pena trabajar por los demás, es muy bonito, porque de verdad lo necesitan.  

¿Objetivos cumplidos?

Creo que se han conseguido muchísimas cosas, nos hemos hecho mucho más visibles en la sociedad de Albacete, que corresponde muy bien y es muy generosa, de tal forma que se pueden financiar los cinco o seis proyectos anuales, unos 400.000 euros, que está muy bien, pero mi pequeña espinita es que no he podido atraer más jóvenes. Entiendo que se están preparando y no pueden dedicar tanto tiempo a una organización como Manos Unidas. Los tenemos en la Operación Bocata y Enlace, pero de forma puntual. 

La juventud es un objetivo que tenemos ahí, pero creo que será muy difícil, por eso, están pendientes de su futuro y no pueden dedicar demasiadas horas de su trabajo diario a esta labor como voluntario, pero cuando  pueden, se implican y lo hacen muy bien. 

¿Qué le llamó la atención especialmente estos años?

Hay muchísimas anécdotas y todas muy buenas, pero la mejor anécdota la tuve cuando estuve en la India, cuanto visité uno de los proyectos que hacíamos allí, cuando unas niñas, en un orfanato de Manos Unidas, me llevaron de la mano a ver su cama, un tesoro. Ellas eran niñas de la calle que habían educado allí las  hermanitas y de verdad, era para llorar, su tesoro era tener una cama, algo que para nosotros no tiene la menor importancia. 

Cuando visitamos un centro de formación para niñas víctimas de la prostitución, una de ellas me preguntó por qué les ayudábamos sin conocerlas, esas cosas te marcan, la verdad.  

Ahora asume otra responsabilidad en Manos Unidas. 

Sí, seguiré como una voluntaria más, pero sí que asumo una responsabilidad grande, medios de comunicación, para informar sobre el trabajo que hacemos; espero hacerlo bien. Juana Perete lo ha hecho muy bien todos estos años y pienso que todas las delegadas de Manos Unidas lo han hecho muy bien y por eso estamos recogiendo los frutos de la sociedad de Albacete, que nos trata tan bien y tan generosamente, en cualquiera de nuestras actividad, por tanto seguiremos ahí, en activo para hacer visible la labor de Manos Unidas y espero no defraudar.  

Fue 2020 un año muy complicado, imagino que también para Manos Unidas.

Pues sí, fue un año durísimo para todo el mundo y lógicamente para todas las asociaciones. En Manos Unidas, menos mal que nuestra campaña  nos salvó que la tenemos en la primera semana de febrero y nuestro proyecto en las parroquias se pudo llevar a cabo, así como el que se hace con todos los socios de la provincia de Albacete. El resto, han estado  más faltos de financiación, por eso, cuando salimos del confinamiento, pensamos en hacer una actividad como el té virtual, con el apoyo de nuestro alcalde, con un vídeo que difundimos y fue fenomenal. También con el rastrillo nos arriesgamos porque sabíamos que mucha gente iba a colaborar, era importante porque necesitábamos esa financiación para algunos proyectos y fue también muy bien. 

Luego, como el Banco de España ofreció esa recogida de pesetas hasta el 31 de diciembre, se nos ocurrió que podíamos recoger nosotros las pesetas y llevarlas al banco, y eso hicimos. Aunque se amplió el plazo hasta junio, nosotros el 18 de diciembre, Celia y yo nos marchamos a Alicante, al Banco de España, y con todas las pesetas que nos llevaron a la delegación, hemos recogido cerca de 6.000 euros, una actividad muy bonita, porque la gente nos llevaba sus bolsitas con las pesetas. Estas actividades nos salvaron la campaña.  

Esperemos que este 2021 sea más propicio. 

Eso esperamos, Manos Unidas aparcó algunos proyectos para llevar a muchos países productos sanitarios y alimentos.