Sólo ha durado un año, y qué año, el que ha pasado Filiberto, tras llegar a un acuerdo para la temporada 2020 con José Luis Seseña, temporada llena de ilusiones, pero que nadie imaginaba, en febrero, que el año se iba a torcer de la manera que lo hizo. 

Ha sido un año en blanco, situación que han padecido la mayoría de toreros del escalafón, aunque no le ha restado ni un ápice de ánimo, que ha sabido gestionarlo a base de entrenamiento fuerte en el campo, ahora de la mano del que llevó su carrera durante los años 2018 y 2019, Óscar Fernández. 

Unas horas antes de esta entrevista, el torero había tentado en la ganadería de Flores Albarrán, en la localidad jienense de Baños de la Encina, dentro de la intensa preparación que ha llevado y sigue haciéndolo. «El tentadero se ha dado muy bien, aunque hacía mucho frío y la plaza tenía algo de barro, pero bueno, estas cosas son así y lo importante es estar en la cara de los animales, además ha habido algunas becerras con virtudes y eso ha servido mucho». Vuelve con el que lo apoderó durante dos años. «He vuelto con Óscar Fernández, que ya me apoderó durante los años 2018 y 2019, y el año 2020 me apoderó José Luis Seseña, pero hemos decidido dejarlo y he visto la posibilidad de volver con Óscar, que además pertenece a la empresa Chipé Producciones. La verdad es que este año han estado las cosas imposibles, pues se han dado muy pocos festejos y ha sido malo para todo el mundo, para todos los sectores, pero el de la Tauromaquia lo ha sentido especialmente».

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