Enrique Belda

LOS POLÍTICOS SOMOS NOSOTROS

Enrique Belda


Un ‘progresista’ referente mundial

25/01/2022

La endeblez de su propia promoción pública ha jugado de nuevo una mala pasada al presidente del Gobierno español, que ha querido erigirse durante un encuentro con su homólogo alemán en referente de la socialdemocracia y el progresismo. ¡No le queda nada a este PSOE que pacta con todo tipo de anti sistemas para parecerse a los seguidores de Willy Brandt!
Las palabras, su manejo torcido, siguen siendo hoy de ayuda para la izquierda y parecen pasar por encima de los recibos de la luz, el repostaje gasolina o la pérdida de calidad de todos los servicios públicos. Que la gente luego no se queje. Recuerdan lo que hablábamos hace años: «-Camarero: ¡hay un cuerpo extraño en mi sopa! -Señor, no es un cuerpo extraño, se trata de un pelo, ¡pero es un cabello progresista! -Ah, entonces no se preocupe y traiga más vino que me lo tomo. Otra: -María Pilar, en nuestra cama hay un cachas. -Sí, cari, pero no te preocupes que es mi personal trainer progresista. -¿Progresista?: perdona mujer, y seguid a lo vuestro».
Esta ancestral costumbre de buena parte de los responsables políticos de acudir a frases hechas, lugares comunes y latiguillos, pone el nivel de la política española a la altura del rodapié. Luego los medios de comunicación evitan preguntarse cómo se traduce en la práctica ser 'progresista'.
Si yo propongo, por ejemplo, una absoluta liberalización del mercado de trabajo para terminar con la lacra del paro, soy un conservador, reaccionario y/o ultraliberal. Pero si unos tipos piden la implantación de un salario a cambio de nada, que salga del endeudamiento público, esos son los progresistas… En fin, poca esperanza queda, pues luego la política de prejuicios anuda a cualquier propuesta intermedia o novedosa un sesgo marcado por la comodidad: así, si la mayor parte de españoles consideramos imprescindible mantener nuestros derechos sociales al tiempo que hacer una administración escueta y competitiva que los procure, pero con la necesidad de promover una población activa mayor que lo pague; el político sectario de turno ya nos indicará que o una cosa o las otras.
Creo que el progresista de hoy debe ser el que rompe el encasillamiento mental del paletismo reinante. Esos liderazgos que en España echamos tanto de menos, deberían articularse solo en torno a dinamitar los estándares mentales en los que nos llevan instalando los que nunca piensan, pues ya tienen las frases hechas que responden por ellos.