Ansu fue Suárez... y Suárez también

Diego Izco
-

El peso del gol, con Messi tristón y el uruguayo a 500 kilómetros, es cosa del muchacho: un ariete que marcará una era. Y en el Wanda, 24 minutos de Luis en 'modo-bestia' elevan el estatus del Atlético

Ansu fue Suárez... y Suárez también

El día que Luis Suárez marcó su primer gol en la elite, con el Nacional de Montevideo, Ansu Fati aún andaba con dificultad. Eso sucedió un 10 de septiembre de 2005, cuando el uruguayo entraba en el profesionalismo a los 18 ‘tacos’ y el hispano-guineano (31 de octubre de 2002) caminaba hacia el tercer cumpleaños. Sus vidas se cruzaron en Barcelona y a Koeman le tocó el papel del ‘poli malo’:ejecutar un relevo generacional de libro a cambio de patear el trasero, en una conversación telefónica de un minuto, del tercer máximo goleador de la historia del club. Así que la jornada tenía un morbo muy especial en el estreno de Barça y Atlético, destino final del charrúa:saber si Ansu Fati está preparado para ser Suárez y si Suárez sigue siendo Suárez. Ambos respondieron contundente y afirmativamente. 

El chico

Era muy difícil, hasta la irrupción de tipos como Haaland o Ansu Fati, pensar en que tipos tan jóvenes pudiesen tener tanto gol. El gol es un oficio que se aprende con el paso del tiempo y la historia del fútbol demuestra que la madurez (25 a 30 años) es el pico perfecto para un nueve. Al 22 del Barça se le caen los goles:en veinte minutos entregó el 1-0 con un asombroso zapatazo al primer toque, el 2-0 resolviendo con entereza un mano a mano ante Asenjo y provocó el penalti del 3-0. Es una revolución unipersonal. 

El veterano

Hoy muchos se apuntan el tanto: «Luis Suárez es perfecto para este Atlético». Es una frase hecha, a tenor del carácter del uruguayo y del propio carácter colectivo que ha imprimido Simeone a este club. Pero vayan un paso por delante con otra frase:«Luis Suárez es perfecto para cualquier equipo». 
Suárez, a sus 33 años, no es lo que juega (que es muchísimo) sino lo que contagia: por si a este Atleti le hacía falta algún estímulo más para vaciarse partido a partido... Salió a falta de 24 minutos para el pitido final y le dio tiempo a asistir en uno, marcar dos e incluso sufrir un penalti que el VARenvió al limbo.