La renovación de Santi le supondrá completar 10 años como guardameta del Albacete Fútbol Sala. Ingeniero de 27 años, este albaceteño hace compatible su trabajo con la pasión por su deporte favorito en un club que todavía atraviesa el desierto de la Tercera División que espera dejar atrás a no mucho tardar. El portero repasó para este diario los últimos años y las previsiones a corto plazo desde la perspectiva de un jugador que ha vivido etapas diferentes en dos categorías.

No resulta muy frecuente llevar una década en un club y menos cuando se es ‘canterano’.

En un club que ahora mismo no es profesional, es más por devoción por el fútbol sala que por otra cosa.

¿Cómo recuerda el comienzo de su andadura en el Albacete Fútbol Sala?

En juveniles, con 17 años, subí al primer equipo y hasta ahora.

¿Cómo podría calificar su trayectoria en pocas palabras? Tampoco le habrá resultado fácil.

En absoluto, es más, en mi primer año empecé en Segunda División B, todos éramos muy jóvenes y descendimos, y desde entonces luchamos para volver a esa categoría. Ojalá lo consigamos este año.

Recuperar el nivel que se tuvo en su día no va a resultar fácil.

En Castilla-La Mancha resulta difícil ganar los partidos, pero en los últimos años estamos mejorando mucho y creo que podremos luchar por el ascenso.

¿Cómo le dio por este deporte? ¿Jugaba de portero anteriormente?¿Cómo surgió?

Siempre he sido un fanático del fútbol y ya lo practicaba de pequeño. Luego comencé a jugar de portero y tenía condiciones para hacerlo en el fútbol sala.

¿Qué cualidades debe tener un buen portero de fútbol sala?

Fundamentalmente transmitir seguridad al equipo. También rapidez, cosa que no tengo, pero sí otras cualidades que la suplen.

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