Guaidó denuncia una campaña de intimidación de la Policía

SPC
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El antichavista acusa a las Fuerzas de Seguridad de hostigamiento contra su familia y lanza su plan para el país, con el objetivo de atender la crisis humanitaria y estabilizar la economía

Guaidó denuncia una campaña de intimidación de la Policía - Foto: CARLOS GARCIA RAWLINS

 

Por encima de los Gobiernos, están las personas. Así se lo quiso transmitir ayer el autoproclamado presidente de Venezuela, Juan Guaidó, a Nicolás Maduro, al que acusó de llevar a cabo, junto con las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policía Nacional Bolivariana una actuación de «generar miedo e intimidar», ya que, según informó, agentes de ese Cuerpo -que se han ocupado de reprimir las últimas protestas- acudieron a su casa preguntando por su esposa, Fabiana, sin orden judicial.

El opositor hizo el anuncio durante el discurso en el que dio a conocer su Plan País, el programa con el que pretende «recuperar el Estado venezolano», y explicó que, pese a conocer la actuación de los uniformados, prefirió dar prioridad a «este plan para todos los ciudadanos», a pesar de que en su vivienda se encontraba su hija, de 20 meses. «Hago responsable al ciudadano Nicolás Maduro de la integridad de mi hija», sentenció, acompañado de su mujer.

Eso sí, minutos después, ambos aparecieron con la pequeña en brazos, aunque Guaidó insistió en que los agentes habían «pasado las líneas rojas». «Hasta en la mafia hay código de honor. La familia se respeta», alertó.

Sobre él mismo, asumió nuevamente que es posible que sea arrestado e insistió en que no tiene «miedo», llamando a los venezolanos a salir mañana a las calles para otra jornada de protestas en la que, auguró, «va a haber una gran demostración de fuerza».

A las FAES y al resto de Cuerpos de Seguridad les espetó que «aún están a tiempo de ponerse del lado correcto de la Historia» y les avisó de que «no van a intimidar a Venezuela» porque «el juego cambió». «Estamos determinados a avanzar», añadió.

Sobre su plan para el Gobierno que sustituirá décadas de chavismo, priorizó «atender la crisis humanitaria, estabilizar la economía y restaurar los servicios públicos».

Asimismo, pidió el apoyo de más Gobiernos, instituciones y demócratas «de todo el mundo» para forzar un cambio en su país «con el mínimo derramamiento de sangre», una transición para la que admite necesitar de «contingentes militares clave» de Venezuela.

«El tiempo del señor Maduro se está agotando, pero para administrar su salida con el mínimo de derramamiento de sangre, toda Venezuela debe unirse para presionar por un final definitivo de su régimen», agregó.

Y rechazó los esfuerzos para facilitar nuevos contactos con el chavismo, recalcando que la oposición «nunca más» se va a prestar a «un falso diálogo» con el oficialismo.

periodistas liberados. Por otro lado, tres corresponsales de EFE y un motorista fueron detenidos el pasado miércoles en Caracas por el servicio de Inteligencia, acusados de «incumplir la ley en busca de escándalos», si bien fueron liberados ayer tras pasar la noche en un calabozo.

Los agentes que los retuvieron les pidieron disculpas por lo que, aseguraron, que «fue un error».

Los reporteros llegaron el pasado 24 de enero a Caracas para reforzar la delegación ante la crisis política desatada un día antes por la autoproclamación de Guaidó y, tras ser liberados, se mostraron «sorprendidos» por la repercusión que había tenido su arresto y detallaron que habían quedado «en libertad absoluta y total libertad, ni deportados ni expulsados».

Otros cinco periodistas de diferentes países corrieron la misma suerte que sus colegas, tras pasar unas horas encerrados.