«Estudiar música me ayuda muchísimo en mi vida diaria»

A.D.
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El albacetense José Manuel Núñez García, músico e ingeniero aeroespacial, comenzó sus estudios de Trompa en la Escuela de Música La Primitiva de Pozo Cañada, para seguir con éstos en Conservatorio Torrejón y Velasco y en Madrid

José Manuel Núñez García.

Tras su etapa en Albacete, continuó sus estudios en Madrid.

Así es, me mudé a Madrid después de terminar el Grado Profesional en el Torrejón y Velasco y me cogieron en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid y la Ingeniería aeroespacial la estudié en la Universidad Politécnica. 

Los dos primeros años compaginé ambas disciplinas, pero después, por la exigencia de ambas carreras, decidí seguir en el mundo de la Ingeniería, pero no he dejado para nada la música, porque toco con varias orquestas y hace un par de años me embarqué en algo muy curioso, el programa de Televisión Española  Virtuosos, el precedente del actual Prodigios y estuve tocando con Ara Malikian y también toco con la Joven Orquesta de Estudiantes de Colegios Mayores de Madrid, con la que hago, entre otras, iniciativas solidarias y conciertos por toda España.  

¿Vinieron también a Albacete?

Sí, en mayo me los llevé a Albacete y organicé el concierto en mi pueblo,  Pozo Cañada. La verdad es que quedaron encantados, hicimos un fin de semana con visita incluida a Chinchilla, donde pasamos el día. 

¿Cuándo terminó Ingeniería?

El año pasado terminé la carrera  y la verdad es que me di cuenta que teníamos una muy buena formación técnica, pero es verdad que faltaban cierto tipo de habilidades sociales. 

¿Hizo realidad sus sueños? 

Así es, soy músico e ingeniero. Son dos facetas complementarias y estudiar música me ayuda muchísimo en mi vida diaria, tanto en el mundo de la ingeniería como en el de  la empresa. Creo que se adquieren una serie de habilidades durante toda  la etapa formativa musical que son esenciales, se complementan perfectamente ambas facetas.  

¿Una vez terminada su carrera, continúa con la música?

Llevo año y medio trabajando en Iberia, en la parte de mantenimiento de aviones y sigo tocando con Joecom y con otras agrupaciones.  

¿Después siguió con la ampliación de estudios?

Así es, me di cuenta, una vez terminada la carrera, que faltaban algunas habilidades sociales. Hice el año pasado un curso de innovación en China, en Xi’an, la ciudad de los guerreros de terracota, y allí conocí a una chica que me habló del máster que he hecho yo este año, el de liderazgo internacional para ingenieros y arquitectos de la Universidad de Madrid con la Fundación Rafael del Pino. Nos dieron una beca, a 14 alumnos seleccionados, de 15.000 euros.   La primera etapa de ese máster fue el año pasado en China, estuvimos en  Beijing y Shanghai, estudiando temas de innovación para resolver problemas en grandes ciudades y   elaboramos varios proyectos. Uno de ellos lo presentamos a nuestros mentores y el otro a una empresa de gestión de residuos, China Tianying, y nos dieron el premio a la idea más innovadora. 

¿Cómo era ese proyecto?

Entre otros, hicimos una aplicación móvil para reconocer  con la cámara los materiales que puede tener cualquier cosa, para que te diga dónde depositar ese residuo. 

La idea les gustó y nos dieron ese premio a la idea innovadora.