«El marqués de Salamanca murió en un palacio, arruinado»

A.D.
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El salón de actos de la Diputación Provincial acogió una nueva charla de Aluex, con Vicente P. Carrión Íñiguez, doctor en Geografía e Historia, catedrático y escritor. El autor, miembro de número del IEA, habló sobre D. José de Salamanca y Mayol

«El marqués de Salamanca murió en un palacio, arruinado» - Foto: Rubén Serrallé

El salón de actos de la Diputación Provincial acogió una nueva charla de Aluex, con Vicente P. Carrión Íñiguez, doctor en Geografía e Historia, catedrático y escritor. El autor, miembro de número del IEA, habló sobre D. José de Salamanca y Mayol:su relación con Albacete.   

¿Por qué  escogió este personaje para la conferencia?

Encontré mucha documentación en mis investigaciones. José de Salamanca y Mayol, a raíz de su llegada a Albacete, a partir de 1855, decidió construir en Los Llanos una gran finca de recreo, que es lo que le faltaba a un noble de su categoría. En esta finca que él intenta reconstruir, se encontraba la ermita de la Virgen de Los Llanos y el Convento de los Franciscanos, así como la ermita de San Pedro de Matilla, donde, en sus tiempos, se veneró la imagen de la Virgen de las Nieves, Patrona de Chinchilla. 

¿Dónde nació el marqués de Salamanca?

El nació en Málaga, el 23 de mayo de 1811.  

¿Por qué vino a Albacete?

En un principio, tuvo el ofrecimiento de haber sido juez de instrucción den Albacete, pero rechazó el cargo. También, cuando se creó el Banco de Isabel II, le ofrecieron hacerse cargo de la delegación de Albacete, pero él estaba asentado en Madrid y empezaba su carrera política y económica. Entonces, realmente  es curiosa es la forma en que llegó, huyendo de los sucesos que tuvieron lugar en Madrid, el 7 de julio de 1854, en la famosa Vicalvarada,  el levantamiento que propició el general O'Donnell. Se asaltaron las casas de varios  nobles, como la del marqués de Salamanca, y destruyeron todas sus propiedades, incluida la quema de una gran colección de obras de arte. 

Él, huyendo de sus perseguidores, llegó a Albacete en una locomotora, ya que se estaba construyendo la línea Aranjuez-Albacete. Aquí fue muy bien acogido y ese es el inicio de la relación. Esto no lo olvidó nunca.  

¿Propició el apoyo a los proyectos de Albacete?

Claro, invirtió en esa magnífica finca de Los Llanos, pero fue el conseguidor del Ayuntamiento de Albacete en Madrid y una de su influencias   propició que viniese la sede de la Audiencia Territorial, pero además, se convirtió en prestamista del Ayuntamiento de Albacete en momentos.

También logró que viniese el ferrocarril.

Sí, el marqués de Salamanca trajo el ferrocarril a Albacete, fue el 18 de marzo 1855, una fecha muy importante, porque hay que tener en cuenta que es la tercera capital de provincia a la que llega, primero Barcelona-Mataró, después Madrid-Aranjuez y luego, Albacete. 

¿Un ilustrado, en el sentido más amplio del término?

Tuvo muchísimos cargos, entre ellos el de ministro de Hacienda, pero duró poco, incluso la reina Isabel II le ofreció formar Gobierno. Él estudió Leyes y tuvo una gran colección  de obras de arte, más de 1.000 pinturas, de maestros de todas las Escuelas y coleccionó vasos griegos y romanos. Desgraciadamente, muchas de estas piezas, sobre todo pinturas, fueron subastadas en París. La impresión que me da, después de estudiarlo, es que le gustaba el arte,  pero era una inversión. Fue miembro de la Academia de Arte de San Fernando y tenía una de las mejores bibliotecas del mundo. 

¿Qué quedó en Albacete, además de la calle?

Además de la calle con su nombre, que mucha gente no sabe si se dedica a José de Salamanca o a la ciudad, es de agradecer que la Audiencia Territorial tuviese su sede y favoreció la llegada del ferrocarril con la construcción de la primera estación y la finca de Los Llanos. También dio generosos donativos a beneficencia en Albacete.

El marques de Salamanca murió en un palacio, Vistalegre, pero arruinado, y para pagar su entierro tuvieron que vender los muebles de ese palacio. Su hijo vendió la finca de Los Llanos, que estaba hipotecada, la que hoy  conocen todos como de Los Larios.  

¿Cómo llegó a esa situación?

La mayor parte de su riqueza venía de sus inversiones en Bolsa, pero al final de su vida, emprendió una acción inmobiliaria que le llevó a la ruina, la construcción del barrio de Salamanca. Cuando murió, su hija Josefa tuvo que pedir una pensión de orfandad.