El CB Villarrobledo trata de lidiar con una temporada en la que todo están siendo piedras en el camino, pero que intenta llevar de la mejor manera con la profesionalidad que su entrenador, Manuel Jiménez Júnior, ha encontrado en el grupo formado esta temporada y que se ha visto marcado por diversas circunstancias.

El Ventero-CBV solo lleva dos victorias de los 13 partidos disputados en 14 jornadas, pues todavía tiene pendiente el aplazado con el Hestia Menorca por un brote de Covid. De todas formas, varias de las derrotas cosechadas han sido por uno o dos puntos, partidos que se podían ganar y que cayeron del otro lado por esa dinámica negativa de la que a veces es complicado salir. Es por ello que Júnior confía en tener tiempo y capacidad para salir adelante y lograr una permanencia complicada, pero que se puede lograr conforme está la clasificación.

Este fin de semana, si no hay incidencias Covid, el CB Villarrobledo viaja a las islas para medirse al Sant Antoni Ibiza, el segundo clasificado, pero que solo ganó de uno en el Pabellón Pintores durante la primera vuelta (69-70) y gracias a tres tiros libres lanzados ya con el tiempo cumplido «por una falta sobre la bocina a Sergi Grimau que solo vio el colegiado y era un partido que teníamos ganado», recordó Júnior.

El técnico del CBV recordó que este verano «de la plantilla que teníamos prevista hubo tres bajas, dos jugadores que no llegaron a incorporarse y la lesión de gravedad de Kenan Guzonjic. Eso nos obligó a cambiar la idea de inicio que teníamos de equipo e incorporar lo que había a esas alturas de mercado y para nuestro presupuesto». Ese fue uno de los motivos por lo que de momento la temporada ha ido «a pie cambiado», que se ha visto agravado con más lesiones, «como la de Knezevic, que estaba rindiendo muy bien y se partió el menisco».

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