El turismo se ha convertido en la tabla de salvación de muchos municipios que con la deslocalización industrial quedaron en dique seco a la hora de resultar atractivos para fijar población. La falta de oportunidades laborales más allá del sector turístico está originando un preocupante descenso del empadronamiento en los pueblos de esta provincia que, a falta de industrias, tendrán que ingeniárselas para incentivar la llegada de turistas, aprovechando todos los encantos naturales, patrimoniales, culturales, gastronómicos, etnográficos, enológicos y arquitectónicos que tiene Albacete.
Cierto es que en la última década, la provincia albacetense va adquiriendo protagonismo en el ámbito nacional como destino del turismo rural, no solo por la variedad de actividades y opciones que ofrece para todo tipo de visitantes, sino también por el empeño que han puesto agrupaciones profesionales y empresarios en dotar a sus establecimientos de la máxima calidad.
Baste con significar que durante el año 2019, el turismo rural de esta provincia recibió casi 70.000 viajeros y registró cerca de 170.000 pernoctaciones, unas cifras que alimentaban la esperanza del sector de conseguir superarlas en el año 2020. Sin embargo, nadie podía prever las consecuencias tan nefastas para la economía que tendría la pandemia por Covid-19 que, entre otras, desembocó en un cierre del sector durante dos meses y medio y en una aminoración considerable de sus ingresos en el segundo semestre del pasado año, debido a las restricciones de movilidad y de aforo.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística no mienten: el Covid-19 restó la llegada de 40.000 viajeros y 70.000 pernoctaciones en la provincia de Albacete. En el periodo comprendido entre marzo y diciembre de 2019, los negocios vinculados al sector en las cinco comarcas que dividen el territorio provincial registraron 169.541 pernoctaciones frente a las 113.321 que contabilizaron en el mismo periodo de 2020, es decir, un 37% de reducción de reservas para pasar la noche. Según estos mismos datos, julio y agosto del año pasado concentraron la mayor parte de alojamientos con noches contratadas, 69.141, más de la mitad del total anual.
(MÁS INFORMACIÓN EN EDICIÓN IMPRESA)