AFA utilizará el edificio del antiguo Matadero Municipal

G.G.
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La realización del inmueble surgió a instancias del alcalde Julián José Moreno García, entre 1917 y 1924, aunque en 1922 ya se trabajaba en parte del recinto, con dirección de obras de Julio Carrilero

Alumnos y responsables de la Escuela Taller, en la puerta del edificio.

El pleno del Ayuntamiento decidió el pasado 29 de marzo el cambio de uso del edificio del antiguo Matadero Municipal, para habilitarlo como Centro de Estancias Diurnas de AFA, para cuya remodelación se contará con una ayuda económica del Grupo de Acción Local Campos de Hellín. Se trata de un edificio civil con una larga historia.

El proyecto se inició en marzo de 1917, cuando el entonces alcalde, Julián José Moreno García el Tío de la Pipa, propone al pleno la construcción del mismo,  «cuyas obras deberán realizarse cuanto antes, debido a la época en la que nos encontramos y máxime cuando por un Real Decreto de 1905 se obliga a ayuntamientos de la categoría del nuestro a que tengan uno». 

Las obras no finalizaron antes de septiembre de 1924, aunque en 1922 ya se trabajaba en parte de dicho recinto. Hay que indicar que en los años previos se disponía y utilizaba como tal una casa alquilada a Isidoro del Milagro Martínez, por la que se estaban pagando alrededor de 200 pesetas anuales. 

El arquitecto designado por el alcalde fue Julio Carrilero Prat, que se personó en la localidad el 15 de julio para tomar las oportunas notas preliminares con el fin de llevar a efecto los trabajos encomendados (también se le encargó realizar el proyecto del lavadero público). Un año después (en julio de 1918) entrega los planos, la memoria, proyectos y presupuestos de las obras que ascendían a 20.008,23 pesetas y como ese año se disponía de 6.000 pesetas, se consignaron 7.000 para 1919 y el resto, 7.008,23 para 1920.

dirección de obras. La dirección de obras la lleva a cabo el propio arquitecto albacetense, responsable de importantes proyectos en la capital, como la plaza de toros y otros edificios singulares, que en noviembre de 1919 dirige una carta al Ayuntamiento, solicitando el abono de la minuta de los honorarios devengados en la realización de los planos (incluidos los del Lavadero), que ascendía a 918 pesetas, según tarifa, que le fue liquidada. A la vez manifestó que «la parte de sus honorarios relativa a la dirección de las obras, la hará efectiva para la fecha en las que estas se terminen, de los que hará una importante rebaja a favor del municipio y en honor al propio alcalde, por la buena marcha administrativa que se lleva en este pueblo». Se hizo constar en acta «el agradecimiento de la corporación  por su generoso ofrecimiento» de reducir en gran parte los honorarios que aún le quedan que percibir por la dirección de las obras, que se realizaron por gestión directa del propio consistorio, que pagaba periódicamente los jornales y materiales necesarios. 

Por ello, en el mes de enero de 1920, se da cuenta del incremento de los jornales «más de un 30%, que no pudo preverse en su momento y el de los materiales, especialmente de las maderas en un 80%». Y, para no tener que suspender los trabajos por falta de recursos para proseguirlos, «se incluye en el presupuesto de 1920 a 1921 la cantidad necesaria», sumándose 3.000 pesetas a las 7.008,23 previstas para dicho periodo. En octubre y diciembre se abonan distintas cantidades para jornales y material (más de 10.000 pesetas), pero se paran las obras en los primeros meses de 1921.

El 15 de mayo de 1921, una vez aprobadas las cuentas municipales, se acuerda «que prosigan las obras en la parte que se considere más necesaria, dentro de los límites de la consignación presupuestaria». Se van pagando cantidades por materiales y jornales en distintas mensualidades (marzo de 1922, enero de 1923, etcétera).

En el mes de agosto de 1923 se abona una factura al maestro carpintero tobarreño Francisco Lorente García, de 2.278,35 pesetas, «por materiales, suplidos y trabajos realizados en 1922».

En enero y abril de 1924 se abonan facturas por más de 2.300 pesetas por jornales y material, mientras volvieron a detenerse las obras hasta el 22 de mayo, cuando el entonces alcalde designado según las normas del Directorio Militar de Primo de Rivera, Juan Pastor, decide que prosigan las mismas «una vez firmado el presupuesto». En junio se abona una nueva cantidad y en el mes de julio se acuerda en Comisión de Gobierno que prosigan «en el momento que el estado de fondos lo permita».

reparación y pintura. Para la dirección de las obras de lo que resta por realizar, especialmente reparación y pintura de puertas y ventanas del edificio, se designa a Francisco Monte López, el 2 de octubre. Y el 6 de noviembre de 1924 se presenta una cuenta con los gastos ocasionados de jornales y materiales, que ascendía a 385,10 pesetas. La finalización definitiva de la obra puede establecerse entre finales de 1924 y los primeros meses de 1925, dado que la revista semanal ilustrada Centauro, editada en Albacete, incluye el 6 de mayo de 1925 un reportaje del municipio en el que inserta una fotografía «del magnífico matadero», ya terminado.

Con esfuerzo y haciendo frente a los gastos según se podía, en aquellos tiempos difíciles del siglo pasado, se realizó una importante obra civil que permanece en pie, pese a los avatares y circunstancias del paso de los años y que se pretendió restaurar con un proyecto financiado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, que concedió una Escuela Taller en 2008 a tal fin (con una subvención de 473.000 euros), para alumnos trabajadores de albañilería y carpintería metálica. 

Se debía trabajar, hasta 2010, en su «consolidación y estructura, acondicionando las ventanas y puertas originales, restaurar su parte exterior y adaptar el interior para destinarlo como centro polivalente y sala de exposiciones». Nada de eso se hizo y el   pleno del Ayuntamiento decidió el pasado 29 de marzo el cambio de uso, para habilitarlo como Centro de Estancias Diurnas de AFA.