«Mi vocación de médico me hizo mejor policía científico»

S.R.
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«El inicio del funcionamiento de la policía científica en la Comisaría de Albacete fue en el caso de la muerte violenta de Juana»

El Comisario Rufino Malagón. - Foto: J.M.E.

Su firma ha sido signo indiscutible de calidad y garantía de la técnica policial más cuidadosa, contrastada y científica, pues Rufino Malagón Ariza (Albacete, 8 de febrero 1952) tiene la condición y consideración de investigador y científico policial excepcional. Llegó hasta donde quería hacerlo. Meritazo extraordinario para un profesional imprescindible que con su trabajo y el de sus diferentes equipos ha resuelto en la Comisaría de Albacete la totalidad de los casos, por duros y complicados que fueran. Eficiente y eficaz siempre, meticuloso, increíblemente identificado con su profesión, incluso en momentos de grave enfermedad, ha generado una carrera brillante y digna de admiración.

Estudió en el colegio San Fulgencio, luego en la Filial realizando el bachillerato en Salamanca, Valladolid y Ávila. Quería estudiar Medicina, casi lo consigue en la Universidad de Murcia, pero su padre, subcomisario de profesión, le animó a ser inspector de policía, para lo que se marchó a la Escuela Superior en Madrid.

«Mi vocación era la de médico, pero orienté mi vida por petición de mi padre al Cuerpo General de Policía en la Academia en Madrid. Éramos aún un cuerpo civil, sin uniforme. Estuve hasta mayo de 1973. Mi primer destino fue Ciudadela, en Menorca, luego la nueva Comisaría de Carabanchel (Madrid), hasta que en 1979 llegué a la de Albacete formando parte de la policía judicial donde tuve magníficos compañeros. Realicé cursos de capacitación en Policía Científica y Criminalística en la cátedra de Medicina Legal de la Universidad Complutense de Madrid y en el Gabinete Central de Identificación, que fueron la base de la policía científica en España. En ese tiempo, ocurrió el llamado asesinato de la Juana, que logramos esclarecer por las huellas de sangre en la pared de la vivienda. Podemos decir que fue el inicio del funcionamiento de la policía científica en Albacete. Se dio la circunstancia de que en Albacete desde el año 1940 a 1979 no se había identificado a nadie por las huellas. El primer año de funcionamiento de la brigada científica se identificaron 61 hechos delictivos por huellas, afirmó Rufino Malagón, pionero y jefe de la Policía Científica en su etapa en activo en la comisaría de Albacete en el que ha estado 24 años. Incrementó su funcionamiento en personal y medios y puso en práctica todos los nuevos métodos de las distintas técnicas a emplear para el esclarecimiento de delitos de todo tipo.

Narra a continuación hechos delictivos muy graves sucedidos en aquel Albacete de los años 80 hasta la actualidad que fueron esclarecidos por la pericia del jefe de la Policía Científica y su equipo, colaborando con los tribunales de Justicia. En mayo del 2004 fue nombrado secretario general de la Comisaría de Albacete, ascendiendo a comisario mediante oposición. Fue destinado a la comisaría de Torrent (Valencia) como jefe, para luego ser requerido por el jefe superior de Valencia para hacerse cargo de la Jefatura de la Brigada Territorial de Policía Científica de la Comunidad Valenciana, terminando este extenso y brillante currículum en su última responsabilidad como comisario jefe de Operaciones en Albacete. Total, 45 años de brillantez de servicios en la policía en cargos de máxima responsabilidad definen perfectamente una trayectoria inigualable, de excelencia.

Y es que como como afirmó Séneca: «Somos lo que hacemos día a día, de modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito». Rufino Malagón Ariza es fiel ejemplo de ello y su éxito lo ha logrado no sólo con cualidades especiales, sino sobre todo con un trabajo de constancia, de método y de organización, marcado siempre por un nivel científico y una ética realmente extraordinarios. Como la carrera de este gran comisario. Inolvidable.