El Gran Hotel cumple 100 años

V.M.
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Las obras del emblemático edificio trazado por Daniel Rubio, uno de los símbolos de la capital albacetense, finalizaron en 1920

Imagen nocturna del Gran Hotel tomada por Belda a mediados del pasado siglo. - Foto: Archivo Municipal

Coincidiendo con la celebración del Día Internacional de los Archivos, el próximo 9 de junio, está previsto que el Museo Municipal de Albacete acoja una exposición -entre los días 2 al 18 de ese mismo mes- bajo el título El Altozano, la plaza de nuestra historia, «que se centrará evidentemente en la emblemática plaza, con un recorrido a través de sus edificios actuales y los ya desaparecidos, además de detenerse en su uso como espacio público para muy diversas actividades», desvela a La Tribuna de Albacete la archivera municipal Almudena Blaya.

Uno de los edificios que sobresalen en el ágora por excelencia de la capital es el majestuoso Gran Hotel, cuyo proyecto es de 1915, pero que no se finalizó hasta un lustro después, pese a que ofreciera servicio ya antes (concretamente en 1917), por lo que este mismo año se cumpliría en sentido estricto el centenario del mismo.

El inmueble -cuyo plano original de alzado de la fachada puede verse a la derecha de estas líneas y que luce imponente en la fotografía nocturna de mediados del pasado siglo tomada por Belda- forma parte de la renovación arquitectónica experimentada por la ciudad con el trazado de la calle Ancha, el equivalente a la Gran Vía madrileña en una capital de provincias que experimentaba un notable crecimiento por esa época.

En ese sentido Blaya, que cursó Historia en la Universidad de Murcia y realizó el máster de Archivos en Sevilla, pasando por el Archivo de la Nobleza de Toledo, por la Real Chancillería y por el Archivo Municipal de Valladolid, antes de ser destinada con plaza fija al Archivo Municipal dd Albacete nuestra capital en febrero del pasado año, comentaba a este diario que «un dato que supongo que todo el mundo conocerá es que Gabriel Lodares invirtió dinero en su construcción, de hecho cuando en 1917 se nombra el Altozano como Plaza Gabriel Lodares se menciona que ‘actualmente ha invertido el señor Lodares una fortuna de gran consideración en la construcción del soberbio edificio que se ha levantado en la Plaza del Altozano y que dedica a hotel, sabiendo que no ha de obtener remuneración ninguna o muy escasa al capital invertido y por el solo gusto de que cuente la ciudad de Albacete con un edificio de esa naturaleza, de que tan necesitado se encontraba’».

Fue el arquitecto Daniel Rubio Sánchez, el arquitecto municipal al que se le deben otras destacadas edificaciones de Albacete, como la Casa de Hortelano o el Templete interior de la Feria, el encargado de acometer un proyecto ambicioso de clara influencia modernista, pero con algunos detalles que rememoran al gótico o el plateresco.

El devenir del inmueble va ligado desde 1920 a la evolución de la ciudad, sin ir más lejos llegó a ser cuartel general de las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil. Mención aparte merece la gran reforma interior que experimentó en el año 2000, obra del arquitecto Francisco Candel, que le valió el Premio de Arquitectura de Castilla-La Mancha.

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