En Hellín y Tobarra no quieren que los días de Semana Santa pasen sin que suenen los tambores que, como no pueden hacerlo en las calles, se ven y escuchan en los balcones, ventanas y terrazas de las dos localidades. Los primeros en acudir a la cita del miércoles santo fueron los tobarreños, convocados por la Asociación de Amigos del Tambor, que minutos antes de las cuatro de la tarde, en sus redes sociales, instalaron un reloj con una cuenta atrás, «tal y como hemos estado haciendo hasta ahora, pero en esta ocasión desde casa». Y a la hora prevista se iniciaron los toques, con los tamborileros ataviados con sus túnicas en sus propios domicilios, durante 15 minutos en los balcones. Una hora más tarde fue el turno de los hellineros que, durante 10 minutos, hicieron lo propio y de forma masiva, escuchándose por calles y plazas vacías el redoble tamborilero proveniente de los edificios próximos en donde se contagió el espíritu de la Semana Santa, pero este año desde casa, atendiendo al llamamiento realizado por la Asociación de Peñas de Hellín, que también ha propuesto nuevos toques desde casa para rememorar las tamboradas de Viernes Santo y del Domingo de Resurrección.

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