Madera de campeonas

J.L. Royo
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El Club Palas trabaja en el gimnasio del Colegio Mari Llanos Martínez con un equipo de competición formado por 60 gimnastas que comienzan a obtener resultados destacados en pruebas a nivel nacional

Los equipos alevín, infantil y júnior del Club Palas posan con su entrenadora Elena Córcoles. - Foto: José Miguel Esparcia

Hablar del Club Palas es hablar de la historia de la gimnasia albacetense. Una cantera inagotable de gimnastas que no para de dar frutos, los últimos llegaron hace unas semanas cuando los equipos júnior y alevín acabaron como subcampeones de la primera fase de la Copa de la Reina.

Elena Córcoles es una de las entrenadoras de un equipo capitaneado por Nani Cantos y en el que también trabaja con las niñas Carmen Jiménez. «El equipo júnior, que ha sido subcampeón ahora, lleva muchos años trabajando junto y siempre obtiene resultados nivel nacional», explica Elena.

Y los resultados dicen que van a continuar estando entre las mejores porque «ésta ha sido su primera competición nacional en júnior y han sido subcampeonas de la Copa».

Subcampeonas de la Copa también han sido las componentes del equipo alevín, «que es un equipo recién estrenado, formado por niñas que acaban de empezar a competir a nivel nacional» y que está compuesto por Dulce Murillo Roca, Azahara Martín del Rey, Daniela Córdoba Vera, Laia Caulín Ortiz, Genma Saltó García y Patricia Serrano López.

En este sentido, Elena Córcoles explica que en la Copa de la Reina «hay una clasificación por autonomías, hay cuatro categorías desde alevín a sénior, se suma la mejor nota de cada categoría y se hace una media y Castilla-La Mancha ha quedado terceras por autonomías y todas las notas que sumaron fueron de nuestro club».

Belén Guillén Candel, María Ibáñez López, Rocío Sánchez López, Wen Cai Villar Pardo e Inés López Navarro, son las componentes del equipo júnior y comenzaron a practicar gimnasia en el Palas a los tres años, ahora tienen 14. «Todas empiezan cuando son muy pequeñitas, aunque hay alguna excepción que llega al club procedente de nuestras escuelas».

Toda una vida dedicada a un deporte que es muy sacrificado porque precisa de muchas horas de entrenamiento para alcanzar estos resultados. «Es un deporte de repetición, lo que conlleva entrenar entre 15 y 20 horas semanales», explica Elena, que añade que «trabajan como deportistas de élite, pero son niñas que tienen que ir al colegio y al instituto».

En este sentido, un día normal de entrenamiento las sesiones son de entre tres y cuatro horas, «primero con una parte de flexibilidad, donde trabajamos el cuerpo al extremo para ganar la mayor potencia posible, después hacemos una sesión de manejo de aparatos que son aro, cinta, mazas y pelota, después trabajamos la coreografía que van a realizar en la competición, tanto individual como en conjunto», detalla Elena.

Trabajan de lunes a viernes, pero los fines de semana no descansan, sino que lo dedican a las competiciones que les sirven para rodarse y coger experiencia a nivel competitivo, algo que no se aprende entrenando.

Todo este trabajo es juzgado en una actuación que en la competición de conjuntos dura dos minutos y 30 segundos. «En dos minutos te juegas toda la temporada, un mal lanzamiento se puede ir fuera y todo el trabajo se puede ir a pique en un segundo», señala la entrenadora.

 

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