«Un reto es aumentar el número de alumnos en el centro»

M.D.M.
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Ana Josefa Soler acaba de tomar las riendas de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes de Albacete, sin renunciar a su actividad docente e investigadora y con la ilusión de trabajar para que el centro gane más alumnos

"Un reto es aumentar el número de alumnos en el centro"

Licenciada en Veterinaria, Ana Josefa Soler, a quien todo el mundo llama Pepi, cursó su doctorado en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos y de Montes de Albacete (Etsiam), centro de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en el campus de la ciudad en el que ahora se acaba de convertir en su nueva directora. Entre ambas etapas, le avala una amplia carrera investigadora y el desarrollo de distintos puestos de gestión en la UCLM.

Soler, que ya ha ejercido como subdirectora de Nuevas Enseñanzas en el centro en el que es docente, mantiene su actividad investigadora a la que no piensa renunciar porque, como ella misma reconoce, «la gestión me gusta pero la investigación es mi vocación». ¿El secreto para tener tiempo para todo? «Dormir poco y tener claro que, en investigación, no se distingue entre fines de semana o verano».

De sus retos al frente de la nueva etapa que inicia en la Etsiam, donde en sus más de 40 años de historia ella es la primera mujer que la dirige, confía en ganar alumnos para el centro, dando más visibilidad a lo que hacen, principalmente también en la línea investigadora.

¿Cómo decidió presentarse a la dirección de esta Escuela y cómo afronta el reto?

Estoy ilusionada. La gestión me gusta, aunque quita mucho tiempo y lo que me gusta es investigar, mi vocación. Pero aunque en principio no estaba en mis planes, hubo gente que me animó a presentarme y aquí estoy, decidí dar el paso.

¿Seguirá con su carrera investigadora ahora?

Sí, sí, por supuesto. Los profesores seguimos con la docencia y la investigación, a lo que ahora sumo la gestión de la dirección. Hay que echar horas, dormir poco y trabajar fines de semana, pero la investigación es muy vocacional y ahí todos sabemos que no hay ni sábados ni domingos. Ahora trabajamos en la obtención de embriones invitro en especies ganaderas, el proceso es largo y hay veces que llega en fines de semana o en verano, pero esto es así.

¿Por dónde pasan sus principales retos en la dirección del centro para estos años?

Queremos terminar de implantar Biotecnología, que le queda sumar un año más. Y también tenemos en mente crear un máster universitario vinculado a este grado. Con los grados de ingeniería agrícola y agroalimentaria y el de forestales, además del máster en ingeniería agronómica y el máster de montes, tenemos retos importantes porque en los últimos años las ingenierías están acusando mucho el descenso en la matrícula de alumnos. Por eso, un reto importante es conseguir aumentar la matrícula de alumnos.

¿Cómo cree que se puede lograr?

Una de las líneas de trabajo pasa, sin duda, por dar más visibilidad a la Escuela. Aquí se llevan a cabo multitud de investigaciones que muchas veces se desconocen y queremos ponerlo en valor. Hay mucha gente que cuando ve lo que hacemos en el laboratorio comenta que «no me imaginaba que esto se pudiera hacer aquí». Se trabaja por ejemplo con drones o en agricultura de precisión en áreas que tienen mucho que decir. Tenemos profesores especializados en ámbitos que creemos que pueden atraer alumnos. Por ello, una de las iniciativas que haremos es llevar el trabajo que se hace en la Escuela a través de charlas en escuelas e institutos para que, en un lenguaje accesible, vean qué hacemos y qué salidas laborales pueden tener. 

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