«'Sin muertos' me ha costado tres años»

A.D
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La escritora almanseña Alicia Giménez Bartlett, premio Raymond Chandler, premio Nadal y Planeta, entre otros, publica hoy Sin muertos, el nuevo caso de la inspectora Petra Delicado.

La escritora almanseña Alicia Giménez Bartlett.

La escritora almanseña Alicia Giménez Bartlett, premio Raymond Chandler, premio Nadal y Planeta, entre otros, publica hoy Sin muertos, el nuevo caso de la inspectora Petra Delicado. La autora comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta novela diferente.

¿Le apetecía retomar el personaje, uno de los más queridos?

Pues sí, ya somos viejas amigas. Me divierte mucho escribir novelas de Petra Delicado, y esta en concreto, Sin muertos, me ha costado más, tres años, porque tenía que romper los esquemas de las novelas policiales de la inspectora, con el personaje abordado desde otro punto de vista. La escribí primero a mano, después hice una versión en el ordenador, y luego la reescribí entera, fue un trabajo arduo.  

Alguien podría preguntar, ¿por qué escribir sobre la vida de Petra Delicado, un personaje literario?

Pues es verdad, ha sido una ocurrencia que he tenido. Llevamos 25 años juntas, pero justamente, muchas veces, al conversar con lectores, me hablan de Petra como si fuese una persona vivita y coleando. Hasta una señora me comentó cómo se me había ocurrido casarla tres veces; la verdadera Petra, decía, no lo hubiera hecho así. Entonces, todo esto me hizo pensar que a los lectores que siguen al personaje podía hacerles gracia todo lo que se les ha ocultado siempre, su vida privada, y contarla, en un caso en el que no hay muertos. 

Parte de una retirada de la inspectora a un convento...

Exacto, no sabía que íbamos a estar todos retirados poco después, pero Petra hace un punto y aparte, se va a un convento además. Se pregunta por su vida, qué la ha llevado a ser quien es, cómo es, y el trabajo que tiene…

¿Un retrato psicológico?

Sin duda alguna. Claro, tenía que tener presente que Petra no había contado nunca detalles de su vida, excepto los sentimentales, pues tiene una personalidad definida y no me podía apartar. No puede tener, de repente, unos antecedentes vitales  muy distintos de su carácter. 

¿Cómo es ese retrato, como su propio nombre, un oxímoron?

Es sensible pero dura, como una piedra. Petra Delicado es una mujer contradictoria, como creo que lo somos casi todos, que ha vivido su época muy intensamente y la novela también es un retrato de una época, de la transición, del posfranquismo. El tipo de educación que ha recibido la ha marcado mucho, porque está entre dos aguas; por una parte la más tradicional, más religiosa, y por otra ahí están los nuevos avances como mujer. He procurado que tenga esos rasgos básicos, un fondo histórico claro, que se vea cuál ha sido su época y que se dé cuenta de que ha cometido errores y que casi siempre son los mismos, encima.  

¿Una mujer muy descreída?

Totalmente descreída, pero cuando se lea el libro, el lector se dará cuenta que tiene sus razones para serlo. 

Como en todas sus obras, perspectiva femenina, ¿muy feminista?

Claro, femenina necesariamente. Es un personaje femenino y contado por una mujer y feminista, bueno, cuando contamos la vida de una mujer, en según qué épocas y países, el resultado o es feminista o es que está mal contado, porque han sido épocas de muchos cambios, también muchas incertidumbres para las mujeres, luego, en el caso de Petra, la entrada en la policía. Se ve, claramente, que hay que estar por el progreso y la igualdad de la mujer, en cualquier caso. 

También usted marcó un camino en esa visión feminista de la novela negra.

Eso es verdad, además un género donde las mujeres han tenido papeles muy deslucidos, porque siempre éramos mujeres fatales, víctimas o al servicio y las órdenes de un superior. Creo que es algo que faltaba en España, aunque ahora hay muchísimas autoras. Sí que es verdad que me tentó esa posibilidad de poner una mujer en ese entorno tan especial de la policía, a ver qué pasaba. 

Como inspectora y un subordinado también muy especial.

El pobre Garzón, que tiene que aguantar a Petra cuando se pone insoportable. Para escribir esta novela, sobre todo la parte en la que Petra pasa por la Academia de Ávila, donde está tres años, me tuve que asesorar muy bien. Como digo en el libro, hablé con mi asesora policial habitual, Margarita García, que ya es comisaria jefe, que me dijo que en su época eran nueve mujeres en toda la Academia, con más de 400 hombres. Ahora, se cuentan por miles los hombres y las mujeres, aunque aún hay mayoría masculina,  pero vamos, la incorporación de las mujeres está siendo brutal.

Dice Petra Delicado, en un momento, que los hombres, en general, son más respetuosos con las jerarquías, ¿qué opina la autora?

Es verdad, es absolutamente cierto, las mujeres yo creo que somos más descaradas en ese aspecto. Alguien que sea tu jefe, bueno sí, es importante, pero no hay esa especie de respeto casi místico que hay entre los hombres.  

¿Se cuela mucho de la propia autora en este nuevo caso de Petra Delicado, que es ella misma?

Yo de broma digo que solo la violencia y el sexo, lo demás es inventado. Hablando en serio, yo diría que las sensaciones sí que son, muchas veces, las que yo he experimentado. Para que Petra experimente un amor, tiene que ser una sensación que yo conozca, la ira, o la sensación de injusticia, también yo las he conocido alguna vez. Ahora, mi vida no es la de Petra, es mucho más tranquila y más aburrida. 

Aunque las circunstancias sean complicadas, le apetece volver a Albacete con el nuevo caso de Petra Delicado. ¿Es posible?

Pues sí tengo ganas y, además, no soy temerosa del coronavirus. Si puedo, desde luego que iré, porque para un escritor, aunque sean aforos limitados, el contacto con los lectores es importante, te transmiten, te animan, a veces aunque te digan que esa novela les ha gustado menos, es igual, te sientes más vivo que metido en tu estudio. Me encantaría y, desde luego, ir a Albacete, donde siempre me han tratado de maravilla. Últimamente, además, me han dado de comer, también maravillosamente. 

¿Hay un nuevo proyecto?

Es un poco pronto, porque no me he tomado vacaciones desde hace tres años, encima, habrá una reedición de uno de mis libros, Una habitación ajena, en febrero. Como es una edición revisada, he tenido que trabajar todo el verano también y me he dicho a mi misma que no voy a pensar en proyectos, por lo menos, hasta finales de octubre.