Los viveros de empresas y sus despachos están llenos

I.M.
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Desde sus inicios a la fecha actual, por las instalaciones del CEEI pasaron más de 200 actividades y casi 70 por las de AJE

Los viveros de empresas y sus despachos están llenos - Foto: Rubén Serrallé

En febrero del próximo año el Centro Europeo de Empresas e Innovación, el CEEI, cumplirá su mayoría de edad. Se trata de un edificio de seis alturas, ubicado sobre un solar que fue cedido en su día por el Ayuntamiento, pero previamente estuvo en donde se ubicaban las instalaciones de ONO en pleno polígono de Campollano, recuerda su director, Ángel Prieto.

Hasta la fecha actual, son más de 200 las empresas que han pasado por el vivero, estando en estos momentos a pleno rendimiento y lleno. Lo ocupan 16 empresas entre las seis plantas, a razón de tres o cuatro despachos por planta y a una empresa por despacho, aunque también a veces no son una sino dos las ubicadas. 

El tiempo máximo de estancia es de cinco años, aunque de media no suelen pasar de los cuatro años. Los moradores lo que tienen que pagar por estar allí es un alquiler, en una cantidad que va a ir de menos a más conforme vaya pasando el tiempo como una forma de empuje para que la cosa se mueva, o dicho de otra manera, para que los consolidados salgan y entren otros nuevos. 

El abono mínimo a pagar por la estancia es de siete euros por metro cuadrado y el máximo está en torno a los 20 euros también por metro cuadrado. Los despachos del vivero que acoge el CEEI son de 25 metros cuadrados, aunque hay alguno que puede llegar hasta los 50. No obstante, sea unos como otros, todos tienen el mismo diseño, aunque luego cada uno, los decorará como quiera. El CEEI, como casa que es de emprendedores, de generadores de riqueza y de empleo en Albacete, comenta Prieto, les pone mesa, sillas, un armario y la conexión a Internet, además de facilitarles el uso de otros servicios comunes, como sala de reuniones o aulas de formación.

Detrás de los emprendedores que allí se ubican hay pequeñas empresas, muchas de ellas sociedades mercantiles, que entran como «una semillita para luego ir creciendo». Sólo en trabajadores, las 16 empresas instaladas mueven entre puestos directos unos 70. 

Entran de nuevas, pero de todas ellas, no obstante, sólo entre un 70 y un 80% llegan al cuarto o al quinto año de vida. Una vez consolidadas y fuera del CEEI las hay que se instalarán cerca del campus o del parque empresarial Campollano, o simplemente optarán por quedarse en el centro, pues lo que buscarán es ni más ni menos que estar próximos a sus clientes. 

Todos los moradores, en un 100%, son gente joven de espíritu con edades que van desde los 20 años hasta los 50. 

La mayoría de las empresas que acoge el vivero del CEEI no sólo son de servicios e innovadoras respecto a las que hay ya, sino que, además, todas ellas tienen hecho un plan previo de negocios y de viabilidad en términos técnicos, económicos y financieros. Y, aunque el usuario, antes de entrar, tienen que hacer unos deberes, por expresarlo de alguna forma, en relación con la actividad que va a llevar a cabo, lo cierto es que hay lista de espera, con una demora, más o menos de tres, cuatro o cinco meses antes de entrar.

No obstante, señala el director del CEEI, a fin de que esta demora no se haga tan larga, hasta que haya un hueco en el vivero, el emprendedor puede optar por otra opción, por la de ser usuario externo, es decir, aunque carezca de despacho físico, puede domiciliar aquí su empresa y pueda usar sus servicios comunes, por ejemplo, para reunirse con un cliente.

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