El tenista profesional albacetense Guillermo García López pasa el confinamiento en su residencia de Alicante, tratando de mantener la forma y esperando poder volver a la competición en un momento especial de su larga carrera. El rodense cumplirá el próximo mes de julio 37 años y, aunque sigue con ganas de competir, confesó que este parón le está haciendo pensar respecto al futuro, pero que todavía tiene ganas de seguir dando guerra en el circuito ATP, ahora totalmente paralizado por la pandemia.
El parón y la incertidumbre han generado dudas en un García López que lleva como profesional en el Circuito ATP desde hace 18 años. «Esta situación me está haciendo pensar. No sabemos cuando podremos jugar. Eso me hace replantearme si merece la pena el esfuerzo de estar todo el año entrenado sin poder competir. Una opción es aguantar lo que queda del año de forma tranquila y afrontar el que viene como si hubiera sido un paréntesis, un año sabático. No se si plegar velas».
Estas dudas también llegan después de que el arranque de 2020 no fuera el esperado. «Hice una buena pretemporada, estaba con ganas e ilusionado , pero los resultados no fueron buenos, no en la medida de lo esperado por como había ido la preparación y eso, con la edad que tiene uno, con el bagaje que lleva detrás, pues te pesa. Si uno quiere seguir en la brecha debe ponerse unos objetivos de mejora. Uno tiene que levantarse cada mañana con un objetivo, con una ambición por mejorar, que competir no se convierta en una rutina pura y dura».
En este ejercicio de sinceridad, García López indicó que «se pasan muchas cosas por la cabeza. La idea que tengo es seguir, no me planteo otra cosa, pero eso no quita que por mi cabeza ronde la idea de si merece la pena jugar un año más o no».
En este sentido, el albacetense reconoce haber tenido suerte al no haber sufrido ninguna lesión grave y eso facilita alargar la carrera al máximo. «Un profesional que se cuida tiene muchas papeletas para alargar la carrera. Cuidarse significa llevar una buena alimentación, cuidar los descansos, entrenar en plenas condiciones. Todo eso facilita tener menos problemas, aunque también hay que tener ese factor suerte para no sufrir una lesión grave que acorte tu carrera. Si haces bien las cosas, te cuidas, aguantarás más años».
En su lugar de residencia, una urbanización en San Juan (Alicante), tiene pista de tenis y gimnasio, pero son zonas comunes y no puede utilizarlas, así que tiene que ingeniárselas para entrenar. El preparador físico le hizo un plan de trabajo que realiza adaptándose como puede. «Me hice un rincón en el salón para trabajar la movilidad articular, fuerza y estiramientos. Si me toca hacer trabajo aeróbico utilizo las escaleras del edificio. A veces me bajo al garaje, medio a escondidas, y ahí puedo correr un rato y darle a la pelota con la raqueta contra una pared», explicó García López.
El tenista rodense empezó la temporada con muchas ganas, pero los resultados no llegaban conforme a lo esperado. Su último torneo fue el ATP 250 de Delray Beach, en Florida, donde cayó en la primera ronda de la fase previa y decidió darse unas semanas para recargar pilas. «Tenía previsto ir a jugar a Acapulco, pero no me encontraba bien anímicamente así que decidí volver a casa a recargar pilas y coger energía positiva. Tenía un periodo de unas cuatro semanas hasta el siguiente torneo, unos challenger en tierra, en España, para después ir a Casablanca. La última semana de marzo era cuando tenía previsto volver a competir», algo que ya no pudo hacer al estar todo suspendido. «La ATP nos comunicó inicialmente que no iba a haber torneos hasta principios de junio y después que hasta el 13 de julio. Eso es lo oficial, pero luego hablamos entre nosotros y la situación se ve complicada por el tema de los desplazamientos».
«El Circuito ATP se juega cada semana en un país distinto y tener que viajar a muchos sitios complica la situación. Creo que por ello seremos uno de los sectores más perjudicados a nivel deportivo», argumentó el tenista internacional.
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