El camino lo abrieron Los Garapas y Los Periquetes hace 60 años. Eligieron Mallorca por su potente sector de la hostelería y también ante el boom de la construcción de la década de los 70. Emigraron en busca de una vida mejor y junto a los que le siguieron, más hijos y nietos, Bernardo y Julián crearon, aun sin pretenderlo, una gran colonia de nerpianos en Calviá, un municipio de Mallorca.

Hasta allí viajaron para prosperar Amado, Los Rojano, Germán Cruz, Los Plasencia, Los Chaparritas... «y un gran número de familias nerpianas que fueron llegando a partir de los años 70 en busca de trabajo y prosperidad», relata Pedro Serrano, un vecino oriundo de Nerpio muy implicado con las tradiciones y costumbres de su localidad natal.

Explica que a finales de los años 90, esta colonia de calvianers originaria de Nerpio consiguió convencer al Obispado de Mallorca para que le permitiera encargar una imagen de la patrona de su pueblo natal, la Virgen de la Cabeza, para poder ser venerada en una iglesia y celebrar la festividad tal y como se mantiene en Nerpio, con procesión, pujas, pan bendito... Desde entonces, los nerpianos afincados en Mallorca mantienen esta costumbre y reciben cada año, como ocurrió este 2019, a la Banda de Música de Nerpio que en esta edición estuvo acompañada por la Cuadrilla del Tío Román, que con sus guitarras y bandurrias lograron recordar aquellas seguidillas, jotas y malagueñas que se cantaban en la segunda mitad del siglo XX en la comarca del Taibilla. 

Una actuación que la Cuadrilla del Tío Román aprovechó para presentar los contenidos del disco que grabaron a principios de este año junto a otras dos cuadrillas de la localidad: la Cuadrilla de Huebras y la Cuadrilla de San Juan Bautista de Pedro Andrés.

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