La Universidad de Castilla-La Mancha está dispuesta a implementar medidas para fomentar la investigación entre las mujeres y para eliminar los sesgos que pudieran estar influyendo en la brecha de género que arrastra el ámbito de la ciencia. No en vano, está estudiando la posibilidad de crear un Distintivo de Igualdad en I+D+i para escuelas superiores, facultades y centros de investigación, con el que reconocer aquellos que fomentan la igualdad y que integran la perspectiva de género.
La Universidad regional cuenta con 1.961 investigadores. De ellos, un 41% o, lo que es lo mismo, 813, son mujeres. «Cada vez se van incorporando más mujeres y a mayor ritmo que los hombres a las carreras científicas, pero es cierto que no lo hacen por igual en todas las áreas del conocimiento», explica la delegada del rector para Políticas de Igualdad de la UCLM, la albacetense María José Romero.
Y, a juzgar por los datos que ha facilitado a este diario, no le falta razón: mientras en la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas apenas hay una diferencia en negativo de siete mujeres en comparación con los varones, en ingeniería y arquitectura es donde la brecha de género es más ancha: 120 investigadoras frente a 366 investigadores. Solo en Ciencias de la Salud, las féminas lideran su presencia en los grupos de investigación, concretamente están 163 científicas frente a 131 varones.
Romero admite que la presencia exclusiva de mujeres en los grupos de investigación por rama de conocimiento es «muy reducida». No en vano, Ciencias de la Salud cuenta con cuatro grupos de I+D integrados de forma exclusiva por profesoras y catedráticas, cinco se enumeran en Ciencias Sociales y Jurídicas, tres en Arte y Humanidades, otros tantos en Ciencias y tan solo uno en Ingeniería y Arquitectura. «A pesar de que en las aulas hay una alta presencia de mujeres, su existencia sigue siendo minoritaria en la formación de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas», indica la delegada del rector para Políticas de Igualdad de la UCLM, que sostiene que la cultura machista en el mundo académico existe», al igual que las brechas de género en Ciencia y en STEM «son una realidad», como también lo es «el bajo número de mujeres catedráticas en relación con catedráticos».
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