Fernando Fuentes

Fernando Fuentes


Carretera y manta

07/12/2021

Está muy bien escuchar al alcalde de Albacete decir que nadie le va a parar en su reclamación de que se termine la autovía que, en su día, deberá de comunicarnos con Andalucía, a través de Linares. También que se trabaje obsesivamente desde el Consistorio para que cada semana algún ministro caiga por aquí y así poder pedirle las cosas a la carita y, por supuesto, con foto de portada que documente el momento. Personalmente me parece algo a celebrar que Emilio Sáez reconozca que es para defender los intereses de Albacete por lo que le han votado y que, por eso, será imparable en ello. Lo que pasa es que, en el caso de la por desgracia muy famosa A-32, parece que los planes del Gobierno -que son los que más mandan en este asunto- son otros. Y es que para el inminente 2022, de los 700 millones que se necesitarían para terminar dicha obra al completo, solo se han destinado poco más de 9 en nuestra provincia. Lo que supone que solo se podrán ejecutar, como mucho, 17 kilómetros en el tramo de Balazote. El caso es que, con estos números, que no son razones, ya sabemos que dicha autovía no estará terminada, como mínimo, hasta 2026. Y eso supone que habrá unas elecciones locales y autonómicas por medio. Y otras nacionales. Por lo que lo que se dice ahora sobre el empeño que hay, en que se precipite dicha infraestructura, se queda en una especie de brindis al sol, sabiendo que las prisas del Ejecutivo de Sánchez al respecto no son las de un Sáez que, liándose una manta por la cabeza, no duda en arrogarse responsabilidades provinciales si lo cree preciso. Llegado a este punto de lo que no cabe duda es de que la gestión autonómica en este sentido ha sido un auténtico desastre. Esto a Page siempre le ha pillado lejos, a desmano. Y que por ello debe ser desde el Ayuntamiento, con permiso de la Diputación, desde donde es -justo y necesario- apretar para ello. También se sabe que el «aquí te pillo aquí te mato» no es la mejor forma de empujar sobre un asunto de esta complejidad y envergadura. Estas cosas hay que trabajarlas reunidos en despachos; de forma seria, intensa, fundamentada y utilizando todas esas armas oficiosas de las que, de momento, parecemos adolecer a la vista de los pobres resultados. Quizá hasta que no cambie de signo el Gobierno en Andalucía las cosas no van a mejorar al respecto de la jocosamente llamada «autovía del Escorial», por lo que están tardando sus obras. En fin, carretera y manta.