El consejero delegado y vicepresidente del Albacete Balompié, Víctor Varela, hizo un repaso a la actualidad en el seno del club, tanto a nivel económico como deportivo. La ampliación de capital aprobada servirá para superar el complicado momento económico generado por la situación sanitaria y en lo deportivo reconoció que se podían haber hecho mejor las cosas, pero que las limitaciones provocadas por la deuda con la que cogieron la entidad todavía hacen que no se puedan dedicar todos los recursos a la confección de la plantilla. Varela quiso poner en valor la gran inversión que los propietarios están haciendo desde su llegada y que ello ha permitido que los aficionados solo hablen de fútbol y se hayan dejado atrás tiempos de incertidumbre en torno a la supervivencia del Alba.

¿Por qué se hizo la ampliación de capital y qué supone para la entidad?

Las circunstancias que se están viviendo, por esa crisis económica arrastrada por la crisis sanitaria, ponía en riesgo todo el trabajo que se había hecho en este primer trienio. Uno de los objetivos que nos marcamos era acabar con la deuda a terceros y que la entidad fuera viable, sostenible. Los clubes, a consecuencia del Covid, van a tener que endeudarse para hacer frente a los compromisos que tenían y para poder subsistir y el objetivo que tenía la propiedad es que el Albacete pudiese afrontar esta crisis sanitaria y económica con una solidez financiera que no le hiciera volver a incurrir en las deudas del pasado. La ampliación se hace para cumplir los acuerdos que teníamos preestablecidos, como contratos con jugadores y compromisos de pagos de la deuda. Había que darle solidez al club para afrontar la situación con garantías, evitando nuevos riesgos de desaparición.

La mitad de la ampliación supone la inyección de tres millones de euros que evitará cualquier problema de tesorería.

Los clubes van a tener dos problemas, uno es el resultado de la explotación. Hay que ver cómo evoluciona la situación, pero es muy posible que los ingresos por taquillas y abonos no existan. Luego está el problema de la tesorería, porque los contratos que tenemos firmados no se corresponden con la realidad económica actual. Los salarios de los jugadores han decrecido y alcanzar acuerdos de reducción con los que ya tenían acuerdos firmados de años anteriores es francamente complicado. LaLiga nos ha dado herramientas de financiación para no tener problemas de tesorería, pero eso incrementaría el endeudamiento. Por eso el propietario ha querido que el proyecto que nos habíamos marcado se mantuviese. Es fundamental y hay que destacar el ejercicio de generosidad de la propiedad, que ante las circunstancias adversas responde y hace que a nadie le preocupe en estos momentos la situación económica del club. La nueva propiedad ha conseguido que en Albacete se hable de fútbol, sobre si gustan o no los fichajes o sobre si hay que cambiar al entrenador. Es el mayor regalo que ha hecho esta propiedad a la ciudad y al club.

La otra parte de la ampliación, la capitalización de parte del préstamo, también supone un refuerzo financiero y una mejora de la situación a nivel de las ratios de LaLiga

Este año es clave por varios motivos. Capitalizar parte de la deuda con el propietario nos va a dar una mayor solidez financiera y nos va a permitir, además de mejorar nuestro patrimonio neto, estar en la mejor clasificación financiera dentro de LaLiga. Es otro de los grandes esfuerzos que hace el propietario para que el Albacete sea un club sólido, viable y de futuro.

¿Cómo va a afectar la prohibición de la publicidad de las casas de apuestas?

Obviamente será un duro impacto económico en los clubes y la propia competición. En nuestro caso, firmamos la pasada campaña un contrato para dos temporadas, un contrato compartido con otros clubes y veremos cómo se resuelve. Obviamente a menos ingresos, más problemas para los clubes. Todos estamos intentando reinventarnos, porque sin abonos, sin vender entradas, tratando de mantener las condiciones económicas firmadas, habiendo aumentando a través el pacto de Viana la dotación al fútbol profesional y a otros deportes a través del CSD, si encima dejamos de percibir otros ingresos como los de las casas de apuestas, pues supone un duro revés para el fútbol profesional. A la hora de romper los contratos como esta ley se estaba barruntado tiempo atrás son circunstancias que ya estaban contempladas, lo que hay que ver es como se ejecutan.

Hemos hablado de la ampliación de capital y la implicación de la familia Kabchi. A día de hoy cuál es la aportación que ha hecho al club.

Aunque hay cantidades que se han hecho a través de préstamos que se deben retornar, siempre existe la posibilidad de la capitalización y además ha sido un dinero que ha servido para financiar deuda de la entidad. Estamos hablando de una cantidad que, con la última ampliación, supera los 20 millones de euros. Es una inversión muy importante y se ha hecho en total y absoluto beneficio de la sociedad. En otros casos hay cláusulas que permiten recuperar el dinero, que en posibles traspasos el dinero retorna al propietario, pero este no es el caso. El propietario lo que quiere es que el Albacete sea capaz de ser viable, de tener sus propias fuentes de ingreso, de tener un futuro próspero. Tenemos mucha suerte de tener un propietario que, en lugar de invertir un dinero con la intención de recuperarlo a corto plazo, lo ha invertido en beneficio de esa sociedad, esperando que crezca y, el día de mañana, pueda ser un excelente negocio, porque obviamente es un inversor.

¿Cuál es la motivación para que Skyline invierta más de 20 millones de euros en el Albacete Balompié?

Lo que denota el comportamiento de un inversor cuando se mete en el fútbol es si es su negocio principal o es un negocio de interés. En el caso de la familia Kabchi llevan vinculados al fútbol desde 1989. Al final en el mundo del fútbol solo hay tres maneras de conseguir beneficios. La primera es obviamente coger un club en una categoría inferior, subirlo de categoría y con la plusvalía que se generan obtener un patrimonio superior. Por ejemplo, ascender a Primera supone que de ingresar en Segunda entre seis y 10 millones pasas a más de 40 millones de euros. También se puede vender el club en Primera, que no es el caso porque no es el interés manifiesto de la familia Kabchi. La segunda está vinculada a la compraventa de jugadores, algo que tampoco la familia Kabchi ha vinculado a su aportación. La tercera es todo lo que se genera alrededor del fútbol, ya que el fútbol abre muchas puertas y puede facilidad que los inversores puedan tener diferentes opciones de negocio. En nuestro caso, me atrevo a decir que son empresarios del fútbol, tienen un club en Uruguay, han tenido un club en Venezuela, en España, y tienen una sensibilidad muy especial a la hora de invertir y eso marca la diferencia con otros inversores que básicamente quieren un rendimiento inmediato. Lo de ellos es un proyecto a medio y largo plazo, con una serie de parámetros que queremos cumplir, pero no olvidemos que la situación en la que nos encontramos el club era deficitaria y preocupante; me atrevo a decir que estaba en riesgo de desaparición y lo primera obviamente era estabilizarlo para poder tener un futuro que en el momento que llegamos no existía.

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