Había ganas de salir a la calle y de volver a la nueva normalidad de la que tanto se habla. La provincia de Albacete entró ayer en la Fase 1 de la desescalada y los albacetenses retomaron algunas de las actividades permitidas en este nuevo nivel.

Hostelería y comercio, dos de los sectores más azotados por la crisis que afecta al país debido a la pandemia del coronavirus, reanudaron su actividad. Un retorno en una situación excepcional que, para muchos, fue extraño, aunque deseaban poder volver a abrir las puertas de sus negocios.

En algunos comercios fue un no parar durante todo el día. El director de Comunicación y  Relaciones Institucionales de El Corte Inglés de Albacete, Víctor Hernández, reseñó que todo el mundo acogió muy bien la reapertura, que se suma a la parte del supermercado que permanece abierta desde el principio. Después de dos meses se puede volver a «comprar físicamente y se rompe la barrera de internet», para algunos algo indispensable para poder adquirir productos que necesitaban.

En el centro de El Corte Inglés se han abierto los 400 metros cuadrados permitidos, pero se ha creado un punto de atención al cliente en el que los albacetenses pueden adquirir cualquier artículo que necesiten y esté en el centro (ropa, calzado, electrónica, etc).

La de ayer fue una primera jornada de la Fase 1 que calificaban como «rara», pues algunos comercios todavía permanecen cerrados y los ciudadanos están siendo prudentes a la hora de salir a la calle, «la gente tiene mucho miedo a salir», afirmó la propietaria de Fiorella e Fiori, Carmen Cristina Picazo, con lo que los comerciantes esperan que las ventas se vayan animando y los clientes acudan a las tiendas para volver lo antes posible a esa nueva normalidad.

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