Hoy comienzan las catas de la edición número 27 del Certamen de Calidad de los Vinos de la DOP Jumilla que, como el resto de actividades organizadas por la Denominación que comparten Albacete y Murcia, ha sabido adaptarse a unos tiempos muy difíciles, según recuerda su presidente, Silvano García. Y no solo a  causa de la pandemia, por cierto.

¿Como definiría el año que ha pasado desde el anterior Certamen?

Como el de la imaginación. Durante este año, movidos por la necesidad, hemos tenido que agudizar mucho el ingenio para llegar a nuestros clientes y mercados, sobre todo a través de los canales online. Hemos creado formatos nuevos como las catas virtuales o las cenas Jumilla Wine Dinner en las que se envía la cena a casa y se comenta el maridaje a través de internet; precisamente, la última fue en Albacete. Pero también hemos encontrado la forma de seguir activos en los canales ‘analógicos’, por ejemplo al continuar con la asistencia a ferias y eventos en China o Japón, enviando los vinos por una vía y el personal por otro, o también con iniciativas como la Familia Jumilla que supuso la distribución de material al sector hostelero, primero en Albacete y Murcia y luego en todo el país.

¿Cuando pase la pandemia, seguirán estas nuevas iniciativas?

No sé si todo continuará, tal cual, pero los sistemas de trabajo online han llegado para quedarse. Creo que en realidad, lo que ha hecho la pandemia es acelerar una evolución que ya estaba en sus inicios, porque si combinas las actividades dentro y fuera de la red puedes llegar a sitios adonde no llegabas antes a un coste razonable. Ése es el cambio, hemos visto que nuestra política comercial gana en eficiencia al combinar la presencia física y la virtual.

¿En términos económicos, que ha supuesto para la DOP la pandemia?

A pesar del impacto de la pandemia, nuestras ventas solo se resintieron un cuatro por ciento. Doy el dato con toda la prudencia y el respeto del mundo, porque luego está lo que haya pasado bodega por bodega y cada uno contará una historia distinta, sin duda. Pero en términos generales la DOP Jumilla está muy orientada a la exportación de vino embotellado, el 70% de nuestras botellas se venden fuera de España, lo que nos ha permitido capear bastante bien el temporal. En cuanto al mercado interno, el canal Horeca lo ha pasado francamente mal, pero por contra las tiendas y, sobre todo, la gran distribución han subido bastante, la gente vuelve a beber vino en casa.

Desde hace un año solo hablamos de pandemia pero ¿y el impacto del Brexit, que ahora parece lejano?

Ha habido que hacer un reajuste a la nueva situación, pero el mercado del Reino Unido seguirá siendo importante. Ya no es parte de la UE, así que funciona como EEUU o China, pero si trabajamos bien en EEUU y China, el mercado británico no tiene por qué ser diferente. Lo único que pasado es que las reglas del juego han cambiado pero tampoco son reglas nuevas, son normas y procedimientos que ya conocemos. 

¿Y los aranceles de los EEUU?

Eso es algo que está casi arreglado, pero falta el ‘casi’ y nos preocupa. Lo que pasó con los EEUU fue distinto. Nos encontramos, de repente, con un problema que ni esperábamos ni entendíamos. Por una disputa relacionada con la aviación comercial, la Administración Trump impuso unos aranceles sobre el vino que no tenían ninguna lógica. Ahora, la Administración Biden los ha suspendido, que no suprimido, eso hay que recordarlo, así que no hay que bajar la guardia hasta que se eliminen.

¿Manejan alguna previsión acerca del día después de la pandemia? 

Desde la prudencia, somos optimistas acerca del día después de la pandemia. Como le dije antes, el consumo en los hogares se ha asentado, el mercado online ha dado un salto muy grande, de décadas, y el mercado exterior ha resistido, así que solo falta que la hostelería y la restauración cojan fuerza. Justo por eso creemos que cuando nos dejen volver a salir, a vivir, a vernos como nos gusta a todos en este país, el consumo dará un buen tirón.

Y volverán de nuevo a celebrar el Certamen como antes. 

La edición del año pasado fue más difícil que ésta, pero con la ayuda de la Unión Española de Catadores la pudimos celebrar en Madrid. Esta vez queríamos dar un paso más hacia la normalidad, y las catas se harán en Jumilla, con controles rigurosos para garantizar la seguridad de todos. La cena no será la gran gala de otros años pero no porque no queramos, sino porque no es posible. Pero, salvo por ese detalle, el Certamen de Calidad de la DOP Jumilla ya es el mismo de siempre.