Ha luchado hasta el final, pero no ha podido ser. El pasado martes, víctima de una grave dolencia cardíaca, falleció en Madrid, donde había sido sometido a un trasplante de corazón, el picador Ramón García López, conocido en el mundo taurino como Barberillo, a los 62 años de edad, lo que ha dejado consternado a todo el mundo taurino de nuestra ciudad y de fuera de ella. El entierro, se llevó a cabo ayer y fue escenario de muestras de dolor de familiares, amigos y compañeros del toro y a pesar de las restricciones impuestas a este tipo de actos, hasta el Tanatorio Municipal fueron llegando para acompañar a la familia en estos momentos difíciles, que tuvieron que permanecer fuera de las instalaciones al no estar permitido entrar ni en las habitaciones de velatorio como en la sala general de duelos durante el acto religioso.
Barberillo arrastraba desde hace unos años una grave dolencia cardíaca, con la que ha tenido que vivir, sometido a distintas intervenciones que le han mantenido en buen estado, pero necesitando un trasplante de corazón, lo que llegó el lunes de la semana pasada, saliendo bien de la delicada intervención. Distintas complicaciones posteriores hicieron que el pasado martes falleciera, siendo trasladado hasta Albacete su cadáver donde se le veló hasta el momento del sepelio.
Hijo del célebre Barberillo, que fue banderillero y toreó con muchos de los diestros albacetenses en las décadas de los años 40 y 50, además de poseer un negocio de barbería en la calle de la Feria, Ramón comenzó también como torero de plata, donde no permaneció muchos años, cambiando el carnet a picador, aconsejado y enseñado por el también célebre Juan Cantos Pimpi de Albacete, debutó con el castoreño en el año 1994, desarrollando una fructífera carrera, no muy larga, pero intensa. Ha ido en las cuadrillas de un buen número de diestros de Albacete y de fuera de la provincia, como esos primeros años con José Pacheco El Califa, Luis Miguel Encabo, El Renco de novillero, David Luguillano, y de los locales dos temporadas la de 97 y 98 con Abraham Barragán en su etapa de novillero, Antón Cortes, con el que estuvo cinco temporadas, de novillero y matador de toros, Manuel Amador, con el que fue tres temporadas, siendo en Benidorm, donde actuó en el puente de la Constitución de 2008 con El Renco, sufriendo su segundo infarto, retirándose de la profesión definitivamente.
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