Cuidados para el camarín de la Virgen del Rosario

A.G
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Alumnos y profesores de la Universidad Politécnica de Valencia iniciaron la restauración de las pinturas de la iglesia de Alborea, gestada merced a un convenio con el Obispado

Vista de una de las pinturas que se están restaurando. - Foto: Abel Mondéjar

Este verano ha comenzado a hacerse realidad la restauración del camarín de la Virgen del Rosario en la Iglesia de Nuestra Señora de la Natividad de Alborea, conocida popularmente como la Catedral de La Manchuela. Fructifica así el trabajo previo de cerca de cuatro años, dirigido por Abel Mondéjar Sánchez,  un joven restaurador con raíces en el municipio que centró su trabajo fin de carrera en las pinturas murales de ese espacio del templo alboreano. 

A partir de la propuesta de actuación realizada por Mondéjar, se selló un convenio de colaboración entre la  Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y el Obispado de Albacete para que fuesen alumnos y profesores de la Facultad de Bellas Artes ese centro valenciano quienes llevasen a cabo los trabajos. Con ellos, se pretende restaurar unas pinturas murales que han sufrido los efectos de la humedad y algunas obras poco respetuosas, llevadas a cabo en épocas anteriores. 

Participarán ocho alumnos de la UPV (cuatro en cada quincena de julio), tutelados por Mondéjar y profesorado de esa entidad. Los fondos para costear esta primera fase del  proyecto (cerca de 10.000 euros, según el presupuesto incluido en la propuesta de actuación) provienen de una donación anónima, como recuerda el propio director del proyecto. Anteriormente, una Comisión para la Restauración, constituida en el municipio, también convocó diversas actividades para colaborar en la financiación.   

El permiso definitivo para colocar los andamios se obtuvo en una reunión celebrada en enero con María Teresa Rico, jefa del Servicio de Patrimonio de la Dirección Provincial de Educación, Cultura y Deportes, quien se «mostró muy contenta de que la restauración se llevase a cabo y quería asegurarse de que todo se realizase de forma correcta», según explica Mondéjar, quien expresó también su satisfacción al comprobar que «había interés y preocupación» por la calidad del trabajo en las administraciones. 

El trabajo de estos días, detalla el restaurador, se está centrando en «la limpieza y consolidación de las pinturas y e hacer un estudio profundo de las policromías del florón, adorno central de la cúpula, que está destrozado por las humedades, devolviéndole el estuvo y haciendo planos de daños, porque se ha perdido el 90% de la pintura». 

Posteriormente se esperará a otro permiso de los responsables de Patrimonio, al tratarse de una iglesia declarada Bien de Interés Cultural, para proceder a la «reintegración». La previsión es que, en este verano, «quede hecha la restauración en la cúpula hasta la cornisa» y «faltarían» para más adelante «las pechinas, tímpanos y lienzos inferiores, los que están a pie de obra». En total, la restauración ocuparía tres fases de actuación, «siempre que la economía lo permita». 

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