En la línea de lo ocurrido en años anteriores, la cosecha del azafrán de 2021 en Tobarra que está a punto de concluir, se va a cerrar con una producción muy por debajo de lo que cabía esperar, calculándose que puede superar el 30% menor que la de 2020, que ya fue más reducida que la de 2019. La única nota que podría ser positiva para la decena de productores importantes que todavía quedan en la localidad (además de otros tantos con pequeñas parcelas), es que, ante la menor cantidad de azafrán en el mercado, podrían subir los precios y alcanzar casi los 4.000 euros con IVA incluido. A causa de la baja producción de los últimos años y la reducción de los precios en la localidad se ha limitado el número de hectáreas incluidas en la DO de origen Azafrán de  La Mancha y también el de productores, perdiendo en los últimos tiempos casi dos hectáreas ya que en la actualidad se superan por poco las cuatro y a la decena de agricultores con cierta producción sólo hay que añadir unas pocas familias, cuando en la década anterior   eran 40 los que se dedicaban al cultivo y recolección de este importante producto agrícola que necesita frío continuado e intenso en los meses de invierno, algo que no ocurrió el pasado año y de ahí la importante merma en la producción. El azafrán tobarreño, como el resto de los que se cosechan en los cinco municipios de la comarca Campos de Hellín (Albatana, Fuente Álamo, Hellín y Tobarra), está incluido dentro del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Azafrán de la Mancha, que a finales de noviembre acudirá a la localidad para garantizar la calidad del oro rojo certificando la producción. 

En los años buenos se suelen cosechar más de 50 kilos. En años buenos «se cosechan en la localidad alrededor de 50 kilos y esta va a estar muy alejada de esas cifras» cuenta Feliciano Martínez, uno de los principales cosecheros de la localidad, adscrito a la Denominación de Origen de Azafrán de la Mancha.  Hay que recordar que de cada cinco kilos de azafrán tierno se produce uno tostado de oro rojo que ronda unos precios mínimos de unos 3.000 euros, aunque las perspectivas para este año son buenas por la falta de producción en toda la región.