Para la inmensa mayoría de aspirantes al Gordo de Navidad todo lo relativo al sorteo empieza a olvidarse cuando se constata que el número comprado no es el elegido, un olvido que hace que, al año siguiente, sea complicado recordar en qué número terminó el premio. Pero hay sorteos que se recuerdan por otras circunstancias, que se resisten a dejar de dar que hablar, como ocurre con el Sorteo Extraordinario del pasado domingo. Las sospechas de muchos, alentadas en las redes sociales, acerca del presunto amaño del bombo de los números, ha convertido en alguien famoso estos días al albacetense Paco Reina, quien anunció el mismo día que llevaría el asunto ante la justicia. 

Así lo hizo, explicaba ayer: Puso su denuncia ante el Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional, aunque al menos hasta ayer no había tenido ninguna respuesta. «Yo vi algo que no me gustó, y durante el mismo sorteo me empezó a llegar por el teléfono enlaces de Twitter y otro tipo de redes, y conseguí confirmar que el detalle de eso que había visto raro; no me gustaba lo que había pasado, y fue cuando puse la denuncia». Ayer Reina hablaba con muchos medios de comunicación, también nacionales, acerca de esta peculiar denuncia  en la que pedía que como medida cautelar se precintaran los bombos para comprobar que, en efecto, todas las bolas estaban en el sorteo, y en las mismas condiciones. 

Este albacetense insistía en que el proceder no fue correcto, y que las explicaciones de Loterías y Apuestas del Estado no bastan: «Hacen unas explicaciones 'ad hoc' de algo que ha sucedido y que nunca nos han trasladado, tampoco nos enseñan el protocolo con el que dicen que actúan, pero entiendo que ese protocolo lo incumplieron, porque hubo una pérdida de la custodia verdadera del sorteo».

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