La capital cuenta con una circunvalación total que conecta todas las autovías que pasan por la ciudad. La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, fue la encargada de descubrir el punto kilométrico simbólico que ponía en funcionamiento el tramo de casi 11 kilómetros de la denominada Circunvalación Sur que completa el anillo exterior de la ciudad. Las autoridades, con el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y el alcalde Emilio Sáez a la cabeza, se felicitaron por el logro conseguido. Y así es, porque descongestionará el tráfico de las autovías en torno a la capital, sobre todo de mercancías pesadas.
También es un pasito más para la futura autovía A-32 que, de momento, está aún lejana. La nueva Circunvalación Sur tendrá mucho más sentido cuando se concluya la conexión rápida con Linares a través de carretera, pero mientras tanto es una infraestructura más de uso doméstico que de importancia estratégica a nivel interautonómica, nacional o incluso europea. Los Presupuestos Generales del Estado, que están en tramitación parlamentaria, tienen partidas para la A-32, pero no son las esperadas por la sociedad albacetense. Y esto no significa que la culpa sea del Gobierno actual, del PSOE y Unidas Podemos, sino de los sucesivos ejecutivos tanto del PSOE como del PP, que desde finales del siglo XX relegaron a esta autovía en favor de otras infraestructuras viarias que, o bien eran más estratégicas para el país -un hecho lógico- o detrás escondían réditos electoralistas para perpetuarse en el poder. Por eso, año tras año se demuestra que el interior peninsular, sobre todo las dos mesetas, son intrascendentes en el ámbito político nacional.