"Un Grado Superior de Danza debe equivaler a una carrera"

Ana Martínez
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La exdirectora del Conservatorio Profesional de Danza José Antonio Ruiz cree que, al menos, se debería estudiar la viabilidad de un centro integrado de enseñanza obligatoria y Danza.

Charo Carbajal de Lara. - Foto: Rubén Serrallé

De casta le viene al galgo. Su sonajero fueron unas castañuelas y el faldón lo sustituyeron por una bata de cola. A Rosario Carbajal de Lara -Charo para familia y amigos- le salieron los dientes en una escuela de danza. La melodía de su vida ha sido la zarzuela y las obras de compositores como Granados,  Albéniz, Falla o Bizet. En plena madurez profesional dio el salto a la gestión y dirección en el Conservatorio Profesional de Danza José Antonio Ruiz de Albacete, cargo que ya no ostenta por decisión personal.

El legado familiar, en su caso, es bastante obvio. La escuela de danza Charo de Lara ha condicionado su carrera profesional. ¿Cómo empezó todo?

Mi madre sacó la carrera de Danza Española después de tener a sus cuatro hijos. Siempre le había encantado la danza, quiso tener la carrera y es lo que hizo. Yo tendría cinco o seis años y la acompañaba a Murcia a examinarse. Abrió la primera escuela privada de danza en Albacete y eso hizo que yo siempre haya estado ligada a la danza, siempre he vivido este mundo y siempre me ha gustado. Nunca me planteé otra profesión, yo quería bailar y lo tenía fácil.

¿Cómo estudió la carrera?

Por libre. Obtuve el Grado Superior en Murcia. En aquellos años, el sistema de estudios era muy diferente. En algunos lugares, las enseñanzas profesionales eran cinco años y en otros hasta seis y había un ciclo superior de dos años con muchísimas asignaturas. Hasta que se dieron cuenta de que había que unificar los criterios de esta carrera y se establecieron los tres ciclos que existen ahora: Elemental, Profesional y Superior.

¿Con qué objetivo cursó hasta el Grado Superior?

Lo que yo quería era dar clase, me encanta, es lo que más me gusta, mucho más que estar en una compañía de danza. Es cierto que el gusanillo de bailar me lo quité porque mi madre fundó el Ballet Estudio Español Charo de Lara, el primero que surgió en Albacete de Danza Española. Nos patrocinaba la Caja de Castilla-La Mancha y durante seis o siete años estuvimos de gira por toda la provincia y la región. Nosotras fuimos las que empezamos a llevar la Danza Española a los pueblos. Había gente que se quedaba estupefacta, porque nunca había visto un espectáculo de danza. Había veranos que bailábamos todos los días y eso iba a más. En 1989 dejamos el ballet porque ya estábamos muy agotadas y habían cambiado las circunstancias personales de muchas compañeras. Nos tocó la parte menos buena de abrir camino, pero lo hicimos, así que esa parte de bailar ante el público la tengo cubierta.

¿Cómo y cuándo accedió como docente al Conservatorio Profesional de Danza de Albacete?

En 2007 convocaron bolsa de trabajo  y entré como interina. Tres años después me presenté en Sevilla a las primeras oposiciones de funcionarios de danza de Castilla-La Mancha y aprobé. En 2010 me hice cargo de las actividades extracurriculares del Conservatorio y dos años después accedí a la Jefatura de Estudios.

En 2014 la nombran directora. ¿Es un paso natural desde la Jefatura de Estudios?

Fue por designación, porque el anterior director, Marcelo Beltrán, dimitió porque se fue al Superior. La normativa establece que las funciones de dirección las tiene que asumir la jefatura de estudios hasta que se convoque el proceso de elección. Ese año ya formé equipo con mi hermano Francisco Carbajal, número uno de la promoción en Clásico. No conté con él porque sea mi hermano, sino porque tiene una forma de trabajar muy válida y la misma disponibilidad horaria que se necesitaba para llevar a cabo esta tarea. También estuvo a mi lado Elena Navarrete como secretaria. Después de ese primer año, surgió la posibilidad de presentarme a la dirección y decidí que era el momento. Yo siempre he querido hacer algo por la cultura en general, y por la danza en particular, porque creo que no tiene la consideración que se merece y hay que luchar por ponerla en su sitio.

Una lucha histórica, por cierto.

El problema está en la consideración que tiene la danza a nivel social y cultural, en especial la Danza Española. No logro entender cómo no está más cuidada, cómo es posible que no reciba más apoyos y le den más facilidades a las compañías cuando hablamos de que es patrimonio nacional... Incluso el flamenco fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco… La Danza Española es nuestra, solo nuestra y no entendemos cómo no tiene más consideración en este país, mientras el Ballet Nacional y las pocas compañías que se lo pueden permitir están triunfando por todo el mundo y dejando al público con la boca abierta, no solo con el flamenco, sino con la escuela bolera, con la danza estilizada, con nuestro folclore... Esto es impensable en otros países.

¿Y qué se puede hacer desde un Conservatorio para revertir esta situación histórica?

Trabajar para ponerla en valor. En estos cuatro años hemos trabajado desde una perspectiva global, teniendo en cuenta que necesitamos que se nos conozca, tener alumnado, elevar la calidad de los estudiantes y el rendimiento académico. Poco a poco estamos consiguiendo que se nos conozca más. Notamos el apoyo de la dirección provincial de Educación, Cultura y Deportes, sabemos que cada vez nos valoran más. Independientemente de esto, cuanto mayor apoyo económico, cuanto más presupuesto tengamos, podremos hacer muchas más cosas.

¿Y cómo está el nivel de conocimiento en la sociedad?

También lo hemos mejorado, gracias, entre otras cuestiones, a que hemos aumentado nuestra presencia en los medios de comunicación. Un medidor de este conocimiento son nuestras galas de fin de curso. Hace unos años nos sobraban entradas y ahora se agotan en cuatro horas, porque saben que lo que van a ver es de buena calidad. Esta es una manera de reivindicar la danza y ponerla en el lugar que le corresponde.

El Conservatorio se inició con el Grado Profesional y durante su dirección se consiguió habilitar también el Elemental. ¿Era necesario?

En Castilla-La Mancha hay dos conservatorios Profesionales de Danza, uno en Puertollano y el de Albacete. El primero ofertó desde el primer momento las Enseñanzas Elementales y el nuestro también lo necesitaba, porque son la cantera de cualquier centro. Si hay niñas y niños que quiere acceder al Elemental, ¿por qué no tener las puertas abiertas de los dos conservatorios que hay en Albacete? Yo lo veo estupendo, porque cuanta más oferta más demanda. En ningún caso este Conservatorio va en contra del Real, la idea es que todos vayamos al unísono y luchar para que los niños vengan a los conservatorios. Para conseguirlo, empezamos a organizar jornadas de puertas abiertas y hemos llegado a un punto en el que no podemos admitir a todos los alumnos. Desde hace dos años estamos a tope, hay más demanda de la que podemos atender y esto también es bueno. 

Llegados a este nivel, ¿lo suyo no sería ampliar el número de plazas?

Sí, pero no tenemos espacio suficiente, el centro se nos ha quedado pequeño.

¿Un edificio de 12 años ya se ha quedo pequeño?

Porque se creó para dos especialidades, Clásica y Española. Hemos conseguido que el Elemental tenga cabida y ahora estamos pendientes de que nos den presupuesto adicional para hacer un aula nueva. Tenemos una línea por cada especialidad y no podemos hacer una campaña de admisión muy extrema porque no puede acoger a todos. Ahora bien, con esta demanda es verdad que se selecciona a los mejores y eso sirve para elevar la calidad y el rendimiento.

Ya que habla de calidad, ¿a qué nivel está el Conservatorio de Albacete respecto a otros que llevan muchos más años funcionando?

En la Danza hay muchas líneas metodológicas diferenciadas. El equipo docente de este Conservatorio optó por la cohesión y por una línea de trabajo unificada, que permitiera establecer unas bases de formación a partir de las cuales ir mejorando en rendimiento y calidad. Este criterio está teniendo resultados. El mejor ejemplo es que tenemos alumnos nuestros bailando en Austria, Rumanía, República Checa, becados en Washington, Berlín, en el Centro Andaluz de Danza, en el Ballet Español de Murcia… Nuestros chicos ya van saliendo con posibilidades de trabajo.

La mayoría en Danza Clásica...

La Clásica cuenta con muchas más compañías internacionales que la Española y ofrece más opciones, pero también es cierto que hay más bailarines y más competencia. Si seleccionan a los nuestros es porque están muy bien preparados.

¿Y qué salida tiene la Española?

Para bailar tienen el Ballet Nacional de España, el Centro Andaluz -que los forman para bailar-, las compañías de cuatro grandes de la Danza Española como María Pagés o Antonio Márquez y el resto son compañías unipersonales que antes tenían entre 10 y 12 bailarines y ahora no se lo pueden permitir. Los jóvenes que salen preparadísimos de muchos conservatorios están desesperados, sobre todo los que quieren bailar, porque hay gente que elige otras vías como Pedagogía o Coreografía o estudian el grado en Danza y tienen su licenciatura universitaria.

¿Por qué ha dicho adiós a la dirección del Conservatorio?

Por mi forma de ser y mi forma de trabajar, me he volcado al cien por cien. Se necesita mucha energía para sacar todo adelante. La dirección es el corazón del centro, hay que estar pendiente del alumnado, de las familias, de los profesores, de los laborales… y luego de la administración y, además, impartir clases. Todo esto desgasta y creo que es muy bueno que el profesorado pase por los cargos de responsabilidad para que conozcan la envergadura del trabajo.

¿Considera necesario implantar en el Grado Superior de Danza en Castilla-La Mancha?

Para llegar al Superior de Danza hay que crear más conservatorios profesionales en la región, al menos uno en cada capital de provincia. ¿Por qué hay conservatorios de Música y no de Danza? Lo lógico es formar cantera, porque la cantidad de gente que se gradúa a día de hoy no es suficiente para tener un Grado Superior. En Danza, al igual que en Música, las enseñanzas son piramidales y a sexto no llegan todos los que se matriculan en primero. 

Siempre se habla de lo disciplinada, exigente y dura que es la carrera de Danza…

Pero poco de lo bien que te prepara para la vida. Son chicas y chicos que hacen una excelente gestión del tiempo, son disciplinados, aprenden a luchar por lo que quieren y por lo que les merece la pena, son muy educados... Por eso hemos invitado a los directores y profesores de los institutos en los que estudian. Queríamos que conocieran in situ el trabajo que desarrollan en el Conservatorio sus propios alumnos, porque de esta forma pueden apoyarlos, que a veces no ocurre.

En algún momento se ha llegado a comparar la carrera de Danza con el deporte de alto rendimiento.

Así es. De hecho, nosotros reivindicamos una equiparación similar o, como mínimo, con una Formación Profesional Superior. Ahora somos técnicos de Grado Medio, pero por la cantidad de horas de trabajo -del orden de las 4.000 presenciales en seis años- y por cómo salen preparados para el mundo profesional, esta carrera debería considerarse como una FP de grado superior. Así podrían contar con un cupo de acceso directo a la universidad, algo muy importante para nuestros chicos. Por cierto, no entiendo por qué un Grado Superior de Danza no equivale a una carrera universitaria, a una licenciatura a todos los efectos.

¿Puede ser esa compatibilidad de estudios reglados y artísticos lo que provoque en muchos jóvenes el abandono de la Danza?

Hay gente que prioriza sus estudios universitarios y necesita una nota de corte para acceder. Les gustaría finalizar los estudios de Danza, pero les resulta muy duro prepararse la EvAU y seguir sus clases en el Conservatorio. Mientras no tengan un cupo de acceso directo a la universidad, muchos se ven obligados a dejarla. Otra de las causas de abandono es el tipo de enseñanza piramidal. Es verdad que cuando empiezan en primero del Profesional no saben a lo que se quieren dedicar y a lo mejor la Danza no está en sus planes. Pero aquellos que estudian Danza porque quieren un futuro profesional y les llena, la estudian hasta donde pueden. Incluso hay universitarios que eligen los Campus de las ciudades donde hay conservatorio para poder terminar. Porque, además, la Danza está muy necesitada de médicos, enfermeras, fisioterapeutas, psicólogos… Es muy difícil encontrar un profesional de la salud especializado en Danza, alguien que entienda.

Como profesora al cien por cien:  ¿por dónde cree que tiene que seguir este Conservatorio?

Me gustaría que consolidara su calidad y el reconocimiento social y que eso se tradujera en una mayor demanda de alumnado en las pruebas de acceso.

¿Cabe la posibilidad de ampliar el número de especialidades?

Claro, siempre, pero ¿dónde los metemos? Construyeron un conservatorio para dos especialidades cuando existen cuatro…, si hubiesen sido más ambiciosos estaría preparado. Pero hay otra opción: conseguir un centro integrado de enseñanzas obligatorias y danza que ya existe en otras comunidades autónomas. Esta fórmula que, insisto, ya funciona en otras regiones, permitiría al Conservatorio impartir el grado Profesional por la mañana y el Elemental por la tarde, optimizaría el edificio. Por su parte, los alumnos de Secundaria y Bachillerato irían al instituto por la tarde. Esto no significa que puedan hacer el Bachillerato de Danza como pasa en la Escuela de Arte, porque tiene el horario por la mañana, sino un centro integrado, un instituto, que imparta las clases de ESO y Bachillerato por las tardes, por ejemplo, el Universidad Laboral que es nuestro centro de referencia. Creo que, al menos, se debería estudiar la viabilidad de este centro integrado porque supondría que muchos más alumnos terminarán los estudios de Danza.