En esta época del año en la que nos encontramos, la primavera, en plena polinización de muchas plantas, el sistema ocular de las personas alérgicas se ve especialmente afectado. Es lo que conocemos como la conjuntivitis alérgica, que se manifiesta con síntomas tan habituales como picores, sequedad, lagrimeo, ojos rojos y visión borrosa.

Sin embargo, como afirma el doctor Antonio Moreno Valladares, especialista de Oftalmología del CHUA, existen diferentes tipos de conjuntivitis: la estacional relacionada con la polinización de plantas en primavera; la queratoconjuntivitis atópica (relacionada con problemas de la piel), la papilar gigante (que se asocia a problemas con las lentes de contacto y también con el polen)y las de tipo vernal, que son más frecuentes en niños y jóvenes. La prevalencia de la conjuntivitis alérgica en la población albacetense es alta. Se estima, que afecta entre el 15 y el 30% de las personas, según el lugar de procedencia donde residan. El problema, como afirma el doctor Moreno Valladares, es que al igual que otras enfermedades la conjuntivitis alérgica está infradiagnosticada, de tal forma, que la cifra de personas que la padece será mayor que la que está en tratamiento. La mejor manera de prevenir los síntomas de la conjuntivitis alérgica y minimizar su impacto es evitar estar en contacto con el agente desencadenante. Así, el doctor Fernando Llovet, director médico de Clínica Baviera recomienda «permanecer en lugares cerrados, utilizar gafas de sol grandes y lavarnos frecuentemente las manos con agua y jabón. En el caso de los niños procuraremos cerrar ventanas o evitar que los pequeños jueguen en parques o jardines en las franjas de máxima concentración de polen».