El esfuerzo de ser madre antes de estar embarazada

Noelia Izquierdo (EFE)
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La infertilidad tiene un alto impacto en cientos de mujeres. Aunque muchas no se lo habían planteado, la reproducción asistida ha sido la solución para poder llegar a tener hijos

No todas las mujeres pueden llegar a quedarse embarazadas de manera natural mediante las relaciones con su pareja. Siete de cada 10 incluso nunca se habían planteado recurrir a la reproducción asistida. Sin embargo, la infertilidad ha cambiado la percepción de cientos de mujeres sobres estas técnicas en los últimos años, ya que, gracias a ella, ahora son madres.

Así lo asegura la Encuesta Merck sobre los primeros pasos hacia la maternidad, en la que sus resultados señalan que un 95 por ciento de las féminas que han optado por la reproducción asistida la recomendaría.

Este es el caso de Valentina, que consiguió quedarse embarazada a los 37 años con este método. «Ahora estoy viviendo la ilusión de esperar a mis hijos, pero llegar hasta aquí no ha sido fácil. Me sentía madre, pero sin un hijo. Con esta experiencia he entendido que para algunas de nosotras el esfuerzo que requiere la maternidad comienza incluso antes del embarazo», reflexiona.

Por ello, uno de los objetivos de este estudio elaborado por Merck, con el apoyo del instituto de investigación de mercado Psyma, es el de escuchar y conocer de primera mano cuál es la realidad de estas mujeres, así como normalizar un tema que todavía se considera tabú para una parte de la población. Tras encuestar a 648 personas, 102 fueron mujeres que en los últimos dos años han estado o están realizándose un tratamiento de fertilidad. Entre estas, la media de tiempo que transcurrió hasta que pidieron ayuda a un especialista en reproducción asistida para quedarse embarazadas fue de 22 meses.

En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la infertilidad como la incapacidad de una pareja para concebir o llevar un embarazo a término tras mantener durante un año o más relaciones sexuales sin protección de manera regular. Un período que desde Merck aconsejan que sea de solo 6 meses en el caso de que la mujer tenga más de 35 años.

El tiempo es factor crítico a la hora de garantizar el éxito de los procesos de reproducción asistida, aseguran los expertos. Tanto por su efecto en la salud reproductiva de la mujer como por su influencia en las decisiones que deben tomar los ginecólogos y embriólogos.

De hecho, advierten que demorar el momento de iniciar un tratamiento de reproducción asistida implica una reducción de las posibilidades de éxito, motivo por el cual no conviene retrasar la decisión de pedir ayuda.

Aun así, para los autores de la encuesta cabe destacar que más del 80% de las mujeres con menos de 38 años que recurren a la reproducción asistida consigue tener un hijo.

En palabras de Julio Varela, director de Fertilidad de Merck, la infertilidad es una condición compleja que puede afectar a la relación de pareja y a cada individuo de ella. Esta situación, además, aflora episodios de depresión, sentimiento de culpa o sensación de fracaso, según el experto. Por esta razón, las mujeres que solicitan este tipo de ayuda reconocen que se necesitaría una mayor atención psicológica. Los resultados de la encuesta señalan que el 41 % de las participantes considera que este es el principal aspecto a mejorar del tratamiento.

Asimismo, no solo afecta a nivel personal, sino que el aspecto laboral también se ve trastocado.

Desde Merck detallan que la penalización encubierta de la maternidad existente en ciertos entornos profesionales agrava esta situación.

Conforme con los resultados del estudio, de las mujeres que cuentan a las personas de su entorno cercano que han recurrido a la reproducción asistida, solo el 11,4 % lo comunica en el trabajo.

«Muchas mujeres prefieren que en el trabajo no se sepa que están realizando un tratamiento de reproducción asistida. No por el propio tratamiento, sino por el hecho de que su puesto de trabajo pueda verse amenazado ante un inminente embarazo y maternidad!, recalca Irene Cuevas, vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF).

En lo que se refiere a los prejuicios sociales y el secretismo que antaño acompañaban a la reproducción asistida, la encuesta demuestra que hay una tendencia hacia la normalización social de este tipo de técnicas para ser madre. Prueba de ello es que 8 de cada 10 mujeres se lo comunican a las personas de su entorno (familia y amistades)