Xavi dice de Luuk de Jong que «es un profesional como la copa de un pino» e inmediatamente pensamos en una especie de ser de luz, una leyenda en vida, un tipo maravilloso, generoso, estupendo y desprendido que cede su asiento en el autobús, siempre pide las cosas por favor y da las gracias, se para con los voluntarios del chaleco de distintas ONG y te saca una caña incluso si no se la has pedido. Y escuchas a Xavi (y el tono que emplea) y te dan ganas de apadrinar un De Jong, claro que sí:un tipo que tiene pie y medio fuera y que, sin embargo, muestra una actitud intachable en los entrenamientos y, cuando juega, en los partidos. 
Pero de repente te da por enganchar el diccionario fútbol/vida real y traducir la frase: «Da todo lo que tiene a pesar de que no contamos con él». Y al lado de «profesional» lees: «Persona que ejerce una profesión». Y te das cuenta de que Luuk 'el torpe' (porque ha coleccionado 'piropos' de ahí para abajo en Barcelona durante estos cuatro meses) no ha hecho nada excepcional, nada que usted o cualquiera no haría en su trabajo: cumplir. 
Los 'profesionales' son tipos que hacen su trabajo. Ignoro si Pazos (el personaje de Manuel Manquiña en Airbag) tiene algo que ver por aquello de «¡Muy profesional!», pero entender la palabra como una alabanza es darle demasiada importancia a lo cotidiano. 
De 'profesionales' está lleno el juego: el Athletic celebra su partido 4.000 con tres goles de un canterano de Osasuna (dos a pase de un canterano de Osasuna)... ganando a Osasuna en su estadio. Y todos lo celebran con euforia, omitiendo el 'postureo' de levantar las manos y pedir disculpas a aficionados bastante más inteligentes de lo que ellos se piensan: no necesitan conceder el perdón porque entienden de qué va la vida.