«'Diario de un confinado' es un testimonio»

A. Díaz
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José Juan Morcillo Pérez es doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Salamanca. En estos momentos compagina su labor docente con la de columnista en 'La Tribuna de Albacete' y es consultor didáctico del Instituto Cervantes.

«‘Diario de un confinado’ es un testimonio» - Foto: J.J.M.

Editorial Chamán publica Diario de un confinado y otras estampas, de José Juan Morcillo, doctor en Filología Hispánica, docente y columnista de La Tribuna de Albacete. El autor comentó las singularidades de esta obra, escrita entre marzo y junio, con muchas de sus páginas publicadas como columnas en el diario. 

¿El título ya dice con qué se encontrará el lector?

Sí, la base del libro es la columna periodística que enviaba al diario todas las semanas. Cuando empezó el confinamiento, en marzo, me planteé escribir sobre el gran tema, el confinamiento. Intuía, como todos, que estábamos viviendo algo histórico, parecido a lo que se vivió en España hace un siglo, con la gripe española. En aquella época, escritores e intelectuales se encerraron en casa, pero es curioso, apenas se guardan documentos de la época, muy pocos. Mira el caso de Vallé Inclán, se confinó en su pazo, cerca de año y medio y allí escribió Luces de bohemia o Divinas palabras

Creo que no intuíamos en ese momento la trascendencia de lo que estábamos viviendo, porque en marzo pensamos que esto iba a ser algo de 15 días, un mes, poco más, y empecé a escribir las columnas como un diario y las titulaba así, Diario de un confinado, con el número de la entrega entre paréntesis. 

Pero hay más en este libro...

Claro, como las columnas que envío al periódico son semanales, escribía más, así que las que sobraban iban a mi blog. Diario de un confinado viene a ser como un testimonio y la base de lo que está escrito es la columna periodística. Sobre la base de la columna periodística mezclé diario y estampa, como géneros literarios. 

¿Literatura confesional?

Sin lugar a dudas, como diario lo es, pero también tiene ese toque de columna periodística que es un testimonio de lo que está ocurriendo. Hay mucho de confesional, porque es la propia vivencia de lo que sucedía y, además, con las ilustraciones de Chema Nieto, de ABC, que al leer las columnas ya me decía que tenía que publicarlo, con sus ilustraciones, porque le encantaba.

Columnas publicadas entre marzo y finales de junio.

Con el día a día, una mezcla de lo que estaba sucediendo fuera con lo que sucedía dentro de casa. Hay algunos fragmentos en los que comento esa sensación tan rara de lo que es la prisión y el hogar, cuando alguien tiene que hacer de la prisión su hogar, es algo que más o menos asumes, pero cuando tuvimos que hacer del hogar una prisión, es algo que nos costó a todos. Es ese día a día sin poder salir de casa, el contacto con los vecinos y luego, cuando salías para comprar, lo que vivía, lo que sentía. Hay mucho en este diario que es muy importante, el contacto con la naturaleza, me fijé en que la naturaleza volvía a ser dueña realmente, cuando estábamos encerrados veíamos que crecía la hierba en las calles y cruzaban gatos y perros libremente y observabas a las aves, ese aire que era más limpio y el silencio. Fue un reencuentro con el silencio, aunque hubo momentos en el confinamiento que el silencio me hacía daño. El confinamiento me cogió a mí en Alicante, justo fui a hacer unas cosas cuando nos confinaron y la Guardia Civil me dijo que me tenía que quedar allí, a no ser que tuviese un familiar con necesidades especiales, aunque mi mujer y mi hijo estaban en Albacete. 

¿Es allí donde lo escribió?

Sí, es un diario que escribí en Alicante y como estaba solo, la televisión ni la encendía, la información era muy pesimista. Notaba el silencio, los primeros días me hacían daño, los oídos me pitaban por la ausencia de sonido, pero es contradictorio, al cabo de unas semanas, deseaba ese silencio, esa tranquilidad, tenía miedo de volver al tráfago, al ruido. 

¿Un reencuentro con uno mismo?

Con uno mismo, sí, también un encuentro con la autenticidad de la naturaleza. Como también estaba dando clases por videollamada, me daba cuenta que tenía alumnos que no estaban aprovechando ese momento para  reencontrarse, para conocerse un poco más. Ese confinamiento fue un momento para darnos cuenta que somos muy débiles. 

¿También hay espacio en esos artículos para el análisis social?

Cualquier cuestión de carácter cultural, social, política, aparece en el diario y casi siempre desde un punto de vista crítico. Recuerdo que al principio del diario dije que esto iba a ser como un holocausto generacional y cuando se lo pasé a compañeros, algunos de comentaron que me había pasado. Creo que este virus se va a llevar por delante a mucha gente, a todos los que tienen un sistema inmunológico deficiente y da igual que sean mayores o jóvenes, esto va a ser como una limpieza generacional, bueno, por desgracia ahora se está viendo.  

¿Hay también sitio para otras sensaciones, humor, por ejemplo?

El lector va a encontrar esperanza y humor, que es algo muy nuestro. Hay fragmentos en los que encontrará una sonrisa amarga.  

¿Recomendaría comenzar por el primer artículo o podemos escoger cualquiera para iniciar la lectura?

Recomiendo empezar por el principio. La obra incluye el diario y luego columnas seleccionadas desde enero de 2019 que, curiosamente guardan una estrecha relación con lo que va a suceder durante el confinamiento. Una tercera parte, Estampas finales, que cierra lo que ha sucedido, todo lo que fue la realidad, en España y fuera, desde enero. Es como si el mundo nos estuviese avisando de lo que iba a ocurrir.  En el comienzo hago un guiño al lector y aconsejo leerlo muy despacio.  

¿Cómo son las ilustraciones de José María Nieto?

Él es el humorista gráfico de ABC. Todas las ilustraciones son una maravilla, están creadas según fragmentos del diario.