«'El canto de la perdiz roja en interior' me pedía reposo»

A.D.
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El albacetense Constantino Molina regresa a las librerías con El canto de la perdiz roja en interior. El autor, que cambia en esta ocasión de registro, comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de la obra.

Constantimo Molina Monteagudo. - Foto: Tomás Molina

El albacetense Constantino Molina regresa a las librerías con El canto de la perdiz roja en interior. El autor, que cambia en esta ocasión de registro, comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de la obra. 

¿Por qué un título, a priori, tan extraño, para un poemario?

No, es un diario, es la primera obra que publico que no es poesía. Se trata de un diario que escribí hace cuatro años. El primer año que me vine a Madrid a vivir, tuve que volver por cuestiones familiares, durante ese invierno, que fueron como cinco meses, escribí este libro que, como te decía, es un diario. 

¿En el invierno de 2017?

Sí, de 2017 a 2018. 

¿A qué hace referencia, entonces?

Ese título hace referencia a una anécdota de origen familiar. Para descubrirlo, hay que leerlo, pero está muy bien explicado dentro del libro y hace referencia a estas perdices que mi padre tenía la costumbre de criar y que llevaba a casa, casi como si fuesen plantas de interior. 

¿Cómo es esa transición de poesía a prosa?

Pues en mi caso, de una manera muy natural; he ido decantando los materiales literarios que se me iban ocurriendo. Es verdad que hasta ahora solo había publicado poesía, pero iba anotando coas que  tenía guardadas, que iba descartando porque no me servían para la poesía, pero igual hacía una publicación en Facebook o Instagram. Así que este diario tiene el tono de la prosa que yo quizá no utilizo mucho en la poesía, pero sí que aparece por redes o en alguno de mis artículos, por eso se puede reconocer. 

¿Por qué publicar el diario que, a lo mejor escribió para usted?

No, yo creo que el escritor que diga que escribe para sí mismo, miente. Bueno se escribe para uno mismo, claro, pero a sabiendas de que detrás hay lectores. En cuanto a la publicación, en aquel momento fue como un ejercicio, porque estaba allí, en el pueblo enclaustrado, no podía salir, porque además no tenía coche, y empecé a escribir este libro como un ejercicio casi espiritual, no sé. Bueno, el publicarlo tiene que ver con dejar los textos reposar y, además, este en concreto, me pedía reposo, por eso han pasado unos años hasta la publicación. El canto de la perdiz roja en interior es un texto que me pedía reposo, tomar perspectiva sobre él para publicarlo. 

¿Cuenta lo que le pasó en un período determinado?

Me puse a escribir sobre todo, porque cuando fui a vivir a Madrid, al encontrarme con la gente de la cultura, del entorno en el que me estaba moviendo, me chocaba mucho el relato de esa gente que iba conociendo y el mío propio, porque tenía la sensación, casi, de que venía de otro planeta, de un pueblo de La Mancha, de Albacete, Pozo Lorente. Entonces, tenía la necesidad de contar eso también, porque al principio, uno va un poco apocado por ese origen, muy rural. Podía incluso acomplejarme un poco aunque, con el tiempo, me he dado cuenta que quizá eso es lo más interesante que puedo aportar a la literatura española. Más que ocultarlo, lo que he hecho es captarlo con orgullo e incluirlo en este libro.

En Madrid hay también mucha gente que va de todos los puntos del país, de provincias...

Sí, gente que proviene de provincias, pero aún así, no sé por qué, deben de tener algo mágico. Mi infancia y adolescencia no es como la de la gente que me he encontrado. Me parecía provenir de otro planeta, de ahí la necesidad de contarlo y, sobre todo, otro punto importante es que se está escribiendo mucho últimamente sobre literatura rural, muchos escritores, sobre todo gente de ciudad, que van a los pueblos y encuentran una especie de redención, una cosa maravillosa. Es cierto que los pueblos tienen esta cosa, pero me parece que hacen una literatura muy idealizada respecto a lo rural. También el medio rural, los pueblos, tienen un componente de crudeza, de dureza, que no quise esconder, también se cuenta en el libro. Está ahí también, porque no me apetecía idealizar.  

 Tanto es así que la mayoría pierden población.

Por desgracia, esto es así, también podría ser mi caso. La verdad que esa es una incógnita que tengo curiosidad por saber, sobre todo qué pasará con los pueblos, entre ellos el mío, en un plazo no muy largo. Se ha escrito mucho sobre ello, pero todo son hipótesis y hasta que no llegue el momento no sabemos qué pasará, pero sí que da mucha pena ver cómo se cierran los colegios, las tiendas. Eso yo lo he vivido, en el plazo de unos años, hay una especie de declive, bien es cierto que luego hay gente que hace lo contrario, decide ir al pueblo, establecerse, pero ya digo, es una incógnita. Quizá yo mismo vuelva al pueblo. 

¿En qué lector pensó?

En ningún lector en concreto. Yo siempre escribo sobre cosas que me emocionan, que transmiten y creo que se deben contar, aunque  no va dirigido a ningún lector en concreto. Yo me he servido de este paisaje rural concreto, que es mi pueblo, pero en realidad, hablo de las cosas de la vida, porque lo que ocurre en el pueblo, también pasa en el resto de España, en pequeño, es lo mismo. El libro se abre con una cita: Describe bien tu pueblo y habrás descrito el mundo, que es de Tolstói, y me parece muy significativa. 

¿Un diario muy poético?

Diría que tiene un tono lírico, pero también lo tiene de humor, bastante tocado de sarcasmo, pero por el tema de la crudeza del medio rural, para descargar algo de esa crudeza, he utilizado el humor y el sarcasmo.

 ¿Algún poemario en cartera?

Por ahora tengo varios frentes abiertos. Un poemario lo tengo ya bastante cerrado y, luego, algo más de prosa, pero no puedo adelantar mucho más, por que no sé si me llevará a algún sitio. De momento tengo este recién salido, también salió Cingla; creo que uno por año está bien.