Manuel del Olmo Tébar vuelve a la presidencia del Orfeón de la Mancha, un cargo que ya ostentó entre 2000-2002 y 2006-2009 y que ahora asume tras el reciente fallecimiento de Paco del Hoyo.
Vuelve a la presidencia por unas circunstancias que son muy especiales.
Sí, lamentablemente no estaba dentro de mis planes. Sí pertenecer al Orfeón de la Mancha pero no volver a encabezar la presidencia. En cualquier caso, era una sucesión prácticamente natural, porque, además de ser compañero, Paco del Hoyo era un gran amigo y en una ocasión fui presidente y me sucedió, siendo yo secretario cuando él entró. Teníamos un vínculo afectivo muy especial.
El coro, lógicamente entendió que la persona que debía hacerse cargo era usted.
Claro, el coro entendió desde el primer momento que la persona más idónea, en estos momentos difíciles, tenía que ser yo y así lo acepto. Es una responsabilidad, pero quiero al Orfeón de la Mancha y desde este puesto siento orgullo al colaborar.
¿Siempre estuvo en esas laboras administrativas?
Sí, alguien tiene que hacerlas y algunas personas podemos estar más dispuestos porque todos servimos para cualquier puesto, evidentemente, pero por trabajo, por nuestra forma de ser tenemos más posibilidades de asumir estas responsabilidades y ya fui presidente entre 2000 -2002 y 2006-2009. Soy funcionario, maestro, ya jubilado y ahora tengo más tiempo.
¿Cuáles serán las claves en esta andadura?
Ilusión y responsabilidad. Paco del Hoyo estuvo ahí hasta el último día trabajando por su Orfeón de la Mancha y es una responsabilidad, desde luego, sustituirle. Hay ganas para completar todos los proyectos y, sin duda, daremos continuidad a esas ideas que eran muy valiosas.
¿Cómo afronta esta nueva etapa el Orfeón?
Con mucha ilusión. El coro, en los últimos meses no ha perdido su continuidad. El Orfeón de la Mancha sigue vivo, no ha perdido su continuidad con trabajo, lo hemos hecho y estamos orgullosos de haber mantenido la actividad. En los meses de confinamiento grabamos dos canciones, cada uno en su casa, con los móviles, y luego el director, las conjuntó y ajustó para sacarlas, fueron dos boleros. Lo lanzamos por las redes y fue un trabajo bastante aceptable. Después participamos en la Feria a través de vídeos e hicimos algo muy interesante también, cuando llegó Navidad grabamos seis villancicos en un local que nos cedieron, en la calle Quiñones. Grabamos uno por uno con el director y el resultado fue muy bonito, hasta tal punto que ese concierto entró en Navidad Cultural, en modo online.
También en Semana Santa participamos en la Semana de Música Sacra, con la Banda Sinfónica Municipal de Albacete, en la Catedral, por primera vez presencial y un grupo reducido, culminando el 12 de junio en el Auditorio, en el Encuentro de San Juan, dividiendo el coro y con todo el aforo disponible ocupado.
¿Algún proyecto?
Seguro, nos quedamos a medio con el proyecto de El hombre armado, con la Banda Sinfónica Municipal y queremos retomarlo. Para nuestro concierto número 1.000, lo estrenamos en noviembre de 2019. Ese concierto, tanto éxito tuvo que pasó al Teatro Circo, de la mano de la Banda Sinfónica Municipal, para el 1 de abril estaba previsto y no pudo ser. Son proyectos que pretendemos hacer cada año, cada dos años, para motivarnos y superarnos.
Queremos mantener la colaboración con el Ayuntamiento y tenemos cita con Vicente Casañ, el 13 de julio y queremos esta presente en la vida local. Especialmente en 2021 tendremos un Encuentro Coral San Juan, con la trigésima edición que queremos que sea muy especial. También queremos viajar y presumimos siempre de ser embajadores de Albacete y es así y teníamos cerrados conciertos en Cerdeña, otros más en Segovia, Alicante.