El alcalde de Hellín, Ramón García, ha explicado a La Tribuna de Albacete, que se está trabajando en las instalaciones del antiguo Museo Comarcal, en la calle Benito Toboso para que, antes del verano, pueda abrirse como Archivo Municipal, que llevará el nombre del Alcalde José María Silvestre, trasladándose desde su ubicación actual de la Cuesta de los Caños. Actualmente toda la documentación del archivo se encuentra en dos edificios o depósitos: el de la Cuesta de los Caños, junto al Ayuntamiento, y el de la Avenida de la Constitución, conocido como el Rulo y que también sirve como almacén. Ante esta situación, con dos edificios (depósitos) ubicados en calles y barrios diferentes, poco espacio para consultas, humedades, sin calefacción para controlar la temperatura de los documentos, sin accesibilidad, bodegas apuntaladas desde hace años, hace que desde el Gobierno municipal se viniera trabajando desde hace meses para realizar el cambio al edificio del Museo Comarcal, tras el traslado de las piezas expuestas al MUSS, ya que el archivo cuenta con importantes documentos de la historia de Hellín y la comarca (el primero de 1559).

Alcalde entre 1931 y 1932. En cuanto a que el Archivo Municipal, al que acuden investigadores para estudiar los documentos que alberga, lleve el nombre del que fuera alcalde de Hellín entre 1931 y 1932, José María Silvestre Paredes, se ha planteado tras dejar sobre la mesa en el último pleno la propuesta de colocar una placa de recuerdo en la calle del Cautivo, en donde tuvo la vivienda familiar y ejerció su profesión de abogado. En las páginas digitales del propio Archivo Municipal se cuenta que «tras las elecciones de abril de 1931, el día 16 se constituye el nuevo Ayuntamiento republicano de Hellín», siendo elegido como alcalde presidente, José María Silvestre Paredes, y que «sólo un año y medio después, en la sesión extraordinaria del 12 de diciembre de 1932, se admite la dimisión del alcalde José María Silvestre Paredes, que alega motivos de salud, e insiste en que sea admitida la renuncia del cargo, conservando únicamente el de concejal. Resulta elegido Presidente José Graells Giner. Ambos dejaron sus puestos por resolución del Gobernador Civil de 4 de agosto de 1934». Fue fusilado el 10 de junio de 1939 al final de la guerra civil provocada tras el golpe de Estado de 1936.  En el pleno ordinario del pasado mes de noviembre se decidió dejar sobre la mesa la propuesta realizada para colocar una placa de recuerdo de su figura en la calle del Cautivo, ante la petición, por parte del portavoz municipal del Partido Popular, Manuel Serena, que alegó que no se cumplía «con el procedimiento del Reglamento de Honores». El alcalde, pese a manifestar que para colocar una placa no era necesario realizar un procedimiento de acuerdo con el Reglamento municipal de Honores, pidió a la edil de Cultura que se preparara un expediente para su aprobación en el último pleno del año. La propuesta contó inicialmente con el voto favorable de los concejales del PSOE, la edil de la AEH y el concejal de Cs, y la oposición del PP y de Vox.  No obstante, el alcalde explica a La Tribuna de Albacete, que el Gobierno municipal ha decidido poner el nombre de tan ilustre alcalde hellinero al Archivo Municipal, desde el momento que abra sus puertas en su nueva y necesaria ubicación del antiguo Museo Comarcal. Con los trabajadores de los Planes de Empleo se han iniciado los trabajos de limpieza, pintura y otras mejoras, para adecuar el edificio, que cuenta con cinco plantas (incluido un sótano y varias terrazas y patios) con más de 1.200 metros cuadrados que, desde antes del verano, podría entrar en funcionamiento, incluyendo una amplia sala de exposiciones, despachos y almacenes para albergar el enorme catálogo documental. La responsable del Archivo, Beatriz Esteban, se muestra «muy satisfecha» de que se pueda realizar el cambio, dado que las actuales instalaciones no reúnen las condiciones mínimas necesarias para albergar los documentos con los que cuenta, ni tampoco para ofrecer un lugar idóneo a los investigadores que acuden a realizar estudios y consultas.  Como muestra de la importancia de esta infraestructura municipal, por la que suelen pasar a diario historiadores e investigadores que, en muchos casos se tienen que esperar a que haya una mesa libre o se instalan en la de la responsable, se guardan, en las distintas estanterías y armarios de madera o metálicas, importantes documentos históricos, siendo «la serie más emblemática» la de los libros de actas de Pleno «que recoge la principal actividad municipal desde mediados del siglo XIX. De 1559 se conserva una escritura de compraventa que pertenece a un fondo de la familia Valcárcel. En una entrevista anterior, Beatriz Esteban contó a La Tribuna de Albacete, que, además de los problemas del día a día a la hora de conservar, de una manera eficiente, los documentos depositados, «en las instalaciones que tenemos no podemos meter más cosas, lo que da como resultado que tengamos que rechazar donaciones, porque no hay espacio»

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