«Hacer la escultura de Iniesta es un privilegio para mí»

V.M
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«Se trata de captar la esencia, pero con esa textura que aporta el barro o el bronce»

El escultor valenciano Javier Molina, en su taller. - Foto: J.M.G.

El escultor valenciano Javier Molina, de 50 años,  es el flamante ganador del Concurso de Escultura Julio López, promovido por la Fundación Soliss, y será el encargado de realizar la escultura en bronce del popular futbolista albacetense Andrés Iniesta, que se instalará el 10 de julio de 2020 junto al entorno del Parque Abelardo Sánchez.  

¿Dónde se formó?

Vengo del mundo de las Fallas, comencé trabajando en talleres falleros y luego hice dos años de Artes y Oficios.  Posteriormente he pasado 16 años trabajando como escultor de Porcelanas Lladró. Hay grandes artistas que son un referente para mí, por ejemplo el también escultor valenciano Fulgencio García.

Un premio de mucha transcendencia, ¿no?

Sí, la verdad es que estoy muy contento, hacer la escultura de Iniesta es un privilegio para mí. 

¿Qué quería transmitir? 

Yo quería captar el instante justo en el que Andrés Iniesta mete el gol que daba a España el primer Mundial de Fútbol de su historia, el instante decisivo en el que él golpea al balón. Intento que la gente capte la esencia de ese momento cuando la vea.

¿Un instante que además logró unir a todo un país?

Así es, cada uno defiende su equipo o su parcela, pero sí hablamos de un momento único en el que te juegas una final y donde toda España estaba unida, sin duda, debemos hablar de ese gol, que provocó algo increíble en este país.

Desde el punto de vista técnico, elegir ese instante en donde el cuerpo está inclinado, ¿supone un desafío?

En efecto es muy complejo, porque es una posición totalmente inestable y en plena acción, para mí va a suponer un reto difícil, como fue la de Federico Martín Bahamontes (Javier también ganó la edición anterior del Certamen). Habrá que estudiarlo más a fondo cuando pasemos al tema de fundición.

¿Es muy laborioso todo ese proceso de fundición?

Es un proceso bastante laborioso, porque después de ser modelada en barro hay que hacer un molde de silicona y escayola y después una reproducción en cera; posteriormente se hace una imprimación de una masa  porcelánica, donde meten los bebederos para tirar el bronce.

También destaca la expresividad del trabajo...

Es intentar, dentro de lo que es la escultura, que el conjunto transmita fuerza y expresión, alejándome del hiperrealismo. Se trata de captar la esencia, pero con esa textura que aporta el barro o el bronce.

El hecho de que esté instalada en la calle, ¿es un aliciente añadido para un creador?

Creo que sí, el hecho de que la gente pueda verla fuera del espacio reducido de un museo propiciará que todo el mundo que visite la ciudad vaya a visitarla.