Lo que la Peña del Castillo esconde

Ana Martínez
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La última campaña de excavaciones de la Facultad de Humanidades en el yacimiento arqueológico de Peñas de San Pedro descubre un espacio metalúrgico en el asentamiento ibérico de la ladera sur

Una joven universitaria trabaja en la planta de la iglesia Nuestra Señora del Socorro. - Foto: Rubén Serrallé

Se calcula que un yacimiento arqueológico empieza a dar una visión respetable de sus ó 20 años de excavaciones. Sin embargo, en tan solo cuatro ediciones, los trabajos de exploración que está llevando a cabo la Facultad de Humanidades en la Peña del Castillo de Peñas de SanPedro están arrojando resultados históricos muy interesantes. Como ha ocurrido en veranos anteriores, ayer se realizó la tercera jornada de puertas abiertas para dar a conocer los hallazgos que han reportado las excavaciones que este año han ahondado sobre la iglesia de Nuestra Señora del Socorro y sobre una macro vivienda del bajo medievo que se utilizó hasta principios del siglo XVIII, ambas áreas ubicadas en la planicie de la loma. Simultáneamente, un tercer equipo ha estado trabajando en otros 50 metros cuadrados hacia el este de la ladera sur de la Peña del Castillo, donde ya el año pasado se descubrió un asentamiento ibérico. 
Para la directora de la excavación, la profesora del Departamento de Historia de la Facultad de Humanidades de Albacete, Lucía Soria, el descubrimiento más relevante de la campaña 2019 ha sido un espacio metalúrgico, precisamente en el poblado ibérico, que ha sido localizado dentro del área habitacional. Se trata, según explicó a este diario, de una habitación situada en la cota inferior de una típica vivienda familiar, de unos 10-12 metros cuadrados, en cuyo centro se encuentra una gran cubeta llena de escorias de fundición de hierro y de goterones solidificados de Galena Argentífera (plata).
En uno de sus lados, los trabajos arqueológicos han sacado a la luz una especie de banco de trabajo de planta rectangular, formado por piedras, así como una especie de basar semicircular donde previsiblemente habría una tinaja con agua para trabajar el hierro. «Para mí -señala la arqueóloga albacetense-, lo más espectacular este año, en lo que al asentamiento protohistórico ibérico se refiere, ha sido el hallazgo de este taller metalúrgico que, presumiblemente, pudo funcionar en el siglo IV-III antes de Cristo».

 

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