El Juzgado de lo Penal 1 sentó ayer en el banquillo de los acusados al que fuera alcalde de Bogarra de 2007 a 2015 por el Partido Socialista, Miguel Sánchez, por no denunciar unas construcciones realizadas sin permiso y darles servicio de luz y agua.

Aunque inicialmente la fiscal solicitaba dos años de inhabilitación al considerar al exalcalde autor de un delito continuado de omisión del deber de perseguir el delito, finalmente durante la vista solicitó de forma alternativa que se le condenara a ocho años de inhabilitación por un delito de prevaricación, una pena idéntica a la que solicitó el letrado de la acusación particular, que representaba a los propietarios de las viviendas en cuestión, para los que pidió una indemnización económica.

Por su parte, tanto el letrado de la defensa del procesado, como el del Ayuntamiento de Bogarra, responsable civil subsidiario, solicitaron la libre absolución de Miguel Sánchez Sánchez.

El acusado. La vista comenzó con la declaración del procesado, que aseguró que antes de 2011 la gente construía sin licencia, porque no se lo decían y él no se enteraba de las construcciones y que fue a partir de 2011 cuando se comenzaron a conceder licencias, cuando llegó una secretaria nueva al Ayuntamiento, que le explicó que era él quien tenía que pedir las licencias. «Yo tenía un desconocimiento total de aquello». «Yo estaba convencido de que siempre lo hacía bien».

Además negó haber dado permiso de forma verbal a los denunciantes o a otros vecinos del pueblo. «Jamás me han preguntado si podían construir, ni yo les he dicho que no había ningún problema».

Sí que admitió haber hablado con una de las denunciantes, pero afirmó que rechazaron el proyecto que presentó, porque no estaba visado por el Colegio de Arquitectos.

Además reconoció haber dado permiso para que pusieran agua y luz a los denunciantes, pero dijo que no le dijeron que era para unas viviendas o que concedió dicho permiso porque las casas estaban ya terminadas. También admitió haber dado la licencia a un denunciante para la ocupación de la calle con materiales de obra, pero también sin saber que era para hacer una casa.

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