La presencia de jóvenes extranjeros no acompañados es un fenómeno generalizado en toda la Unión Europea y que presenta más en concreto en la región manchega y en la provincia albacetense una evolución variable encontrándose en este momento en un pico alto y, además, prolongado en el tiempo, explica José Ricardo Navarro, jefe del servicio de Infancia y Familia en la Delegación Provincial de Bienestar Social.
Ahora bien, cuando uno habla de menores extranjeros no acompañados, según una resolución del Consejo de Estado de la Unión Europea, de lo que se habla es de menores nacionales de terceros países, de menos de 18 años de edad, que entran en un territorio de alguno de los Estados miembros de la Unión Europea sin ir acompañados por un adulto responsable.
Son menores que cruzan el Estrecho generalmente en patera o en zódiac, aunque también hay otras vías de acceso, que suelen tener Ceuta, Melilla y Andalucía, por lo general, como sus puertas de entrada a España, aunque también hay otras, siendo Marruecos, fundamentalmente y en menor medida, Guinea y Argelia, pero a larga distancia, sus principales países de procedencia.
En el caso de Albacete, la mayor parte de los jóvenes extranjeros no acompañados que son atendidos por los servicios de protección del menor del Gobierno regional son marroquíes, más en concreto y según informaciones facilitadas por ellos mismos, tienen su origen en la provincia norteña de Larache.
Fundamentalmente se trata de varones, «a los que se les ha vendido una situación laboral y personal, que luego resultará una mentira pero que no habrá impedido, en más de un caso, que su familia se hipotecase para que vengan» y su edad media actual se sitúa en los 16 años, cuatro más, no obstante, que los que venían no hace mucho tiempo atrás, dice Navarro, quien estuvo acompañado por la directora del Centro de Acogida y Breve Estancia de Menores, Arco Iris, Soledad Martínez, el mediador de la Fundación Diagrama, Fayssal Rami, y de los representantes del programa de Autonomía Personal de Accem y de su piso en la capital, la educadora, Aroa Rodríguez, y el educador, Ramón Galiano.
No obstante, la edad no es lo único que ha cambiado con un incremento en sus cifras sobre lo que había en relación con estos jóvenes extranjeros, sino que también lo ha hecho el número de los atendidos por los servicios de protección de menores del Gobierno regional, habiendo pasado de una media de cuatro jóvenes tutelados en el último trimestre del 2017 a los 35 de media que se atienden en el momento actual, entre las 25 plazas que se vienen cubriendo por estos jóvenes en el centro Arco Iris de la capital de las 30 plazas que dispone, y las instalaciones de Caudete con otras 10 plazas; instalaciones que, por otra parte, indicar que vienen funcionando desde el 2018 una vez que las de la capital se quedaron pequeñas ante la demanda que había.
No en vano en la capital se llegaron a registrar en el primer semestre del 2018 hasta 37 menores extranjeros no acompañados atendidos por los servicios de protección al menor de la Junta, con entradas en aquel entonces de hasta siete menores en una misma semana y con rotaciones continuas de salidas del centro.
Hoy por hoy cabe decir que en la capital en Arco Iris hay 19 plazas cubiertas por estos menores extranjeros, o lo que es lo mismo, casi dos tercios de su capacidad, una vez, por ejemplo, en el pasado mes de febrero, tres de ellos de fueron por cumplir la mayoría de edad.
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