El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) quiere que la movilidad en las zonas rurales se base en el autobús, a través de fórmulas como las rutas a demanda o la integración de las líneas de transporte regular y escolar, las mismas que intenta aplicar la Junta de Comunidades en Castilla-La Mancha en la provincia de Albacete desde el año 2017.

Así consta en el documento oficial conocido como Estrategia de Movilidad Segura, Sostenible y Conectada 2030, cerca de 400 páginas que constituyen la hoja de ruta de las inversiones y actuaciones del Mitma durante los próximos 10 años en materia de transportes y que recibieron el visto bueno del Consejo de Ministros el pasado 10 de diciembre.

El motivo para dar preferencia a estas fórmulas de autobús mixto y bajo demanda es sencillo: el  Gobierno sostiene que no le salen las cuentas con el ferrocarril en las zonas rurales. De hecho, lo descarta de forma terminante, en contra de lo que defienden los partidarios de mantener las líneas convencionales en las zonas gravemente afectadas por la despoblación.

Hay varios párrafos de la Estrategia de Movilidad que no dejan lugar a dudas sobre la posición del Gobierno central. En el epígrafe denominado Línea de Actuación 1.3: Movilidad en el Ámbito Rural, cuyo propósito es buscar «soluciones reales a la movilidad, más allá de la provisión de infraestructuras o servicios de transporte mal dimensionados y enfocados».

En la misma línea, el documento afirma que «el desarrollo de infraestructuras de transporte no garantiza per se la pérdida de población en las áreas rurales» y que «la conectividad no debe identificarse con modos de transporte concretos, menos aun cuando se trata, como el ferrocarril, de modos que para ser eficientes requieren de altas demandas y altas concentraciones de población, que no se dan en el ámbito rural, siendo en algunos ámbitos rurales el servicio a demanda en autobús, en sus distintas variantes, la mejor opción».