«Soy una persona que concibe el arte como camino»

A.D.
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Jacobo Serra regresa a Albacete, dentro de su gira Fuego Artificial y actuará el viernes en la sala Clandestino, con apertura de puertas a las 21 horas. El cantante albacetense comentó a La Tribuna de Albacete sus sensaciones

Jacobo Serra. - Foto: Rubén Serrallé

¿Gira de despedida de su disco Fuego Artificial?

Así es, es un poco raro decirlo, pero es la gira de despedida, aunque tampoco lo es, porque nunca se dice adiós a uno mismo, ni a tus propias canciones, que seguiré tocando durante muchísimos años. Pero en esta época en la que todo tiene un nombre, una etiqueta, sí que es verdad que el sentido de la gira es ese, cerrar una etapa, sencillamente para empezar otra nueva.

El disco, sin duda, me ha dado muchas alegrías. Llevamos de gira dos años y terminaremos, en septiembre, en el Granada Sound. 

Es su trabajo más importante o ¿es Fuego Artificial acaso el disco de un converso?

Es una pregunta difícil, seguramente le pasará a muchos artistas. Cada disco que hacemos nuevo es siempre el más importante. Fuego Artificial ahora mismo es el disco más importante, pero si miramos atrás todos han sido muy importantes, han tenido un papel trascendental en mi carrera, en mi vida artística. No lo considero un disco de paso porque haya cambiado al castellano, no soy un artista que se haya pasado al castellano, porque el inglés sigue presente en mi vida. No es un disco de conversión, es el disco que me apetecía hacer y lo hice, aunque veremos dónde nos lleva el siguiente, en qué formato e idioma. 

¿Qué piensa cuando lo comparan con mitos de la historia de la música y dicen que es usted el Beatle manchego?

Es un piropo abrumador, que uno tiene que tomárselo con gracia y no creérselo mucho. Imagínate, que piropo, sólo puedo estar agradecido y tomármelo con mucha humildad, es un lujo que te comparen con gente así, con ídolos. 

Pasó de promesa a realidad de la música española con Fuego Artificial, ¿cómo funciona este disco?

Estoy muy contento. Creo que el secreto es no haber esperado nada en concreto. Uno tiene que creer en su arte, hacer su trabajo, sacar su disco y las expectativas, que sean personales, no pensar en llenar estadios. Desde ese punto de vista creo que es importante porque las expectativas en mi caso eran de hacer el disco y llevarlo al directo lo mejor posible e intentar llegar y emocionar a la gente. En ese sentido creo que es lo que estoy consiguiendo y estoy muy contento, de verdad. Crítica y público han reaccionado muy bien, sólo me está dando alegrías. 

Tampoco había trabajado con una multinacional, con unas infraestructuras y un sistema de trabajo distintos, ha sido todo como muy novedoso para mí. Incluso, las cosas malas, son buenas, todo lo llevo conmigo, lo canalizo con agradecimiento también. 

¿Cambiar a una gran compañía le condicionó, para llegar a más público, también a través de las letras?

Cantar en un idioma u otro da igual. Es cierto que después de girar con mis discos en inglés por España, te das cuenta que la gente no te entiende del todo y es verdad que el mensaje queda a medio camino. Haces un tema en español, como Icebergs, con el que probé y me di cuenta que llegaba más lejos, incluso la gente cantaba la canción. Me di cuenta que yo también me emocionaba más y la gente lo entendía mejor. 

La discográfica vino después, ellos fueron muy generosos, no hubo ninguna condición, me dejan total libertad creativa. 

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