Un crimen sin resolver y versiones distintas de los acusados

M.O
-

Las declaraciones de quienes estuvieron con la víctima poco antes de su muerte, el 21 de diciembre de 2014, no ayudaron a saber quién mató al marroquí M.N.B., de 34 años

Lugar donde fue encontrado moribundo el marroquí, en la calle Cronista Sandoval; falleció poco después en el hospital - Foto: T.J.

Continúa en la Audiencia Provincial el juicio que espera arrojar algo de luz sobre uno de los crímenes sin resolver que tiene Albacete, la muerte por arma blanca del marroquí M.N.B., de 34 años, la madrugada del 21 de diciembre de 2014 en una calle del centro de Villarrobledo. En el banquillo de los acusados se sientan dos personas, F.L.F., natural de Rumanía, y E.R.B., de Paraguay. Para ellos reclama la acusación particular 15 años de cárcel por el crimen, no así la Fiscalía, que considera que no hay pruebas suficientes para relacionarles con el apuñalamiento, pese a que pasaran las horas previas a la muerte junto a la víctima.

El juicio, donde un tribunal del jurado deberá decidir acerca de la autoría del homicidio, vivió ayer su primera jornada de declaraciones. Arrancó con el interrogatorio a los dos acusados, y por supuesto ninguno dijo saber nada de la autoría del crimen. 

HUBO UNA PELEA. El jurado deberá decidir acerca de la veracidad de cada relato, porque como acusados tienen el derecho a mentir en el tribunal, pero lo escuchado hasta ayer sí permite ver que cada uno dio una versión distinta de lo ocurrido esa noche, aunque compartan similitudes. 

Declaró primero en el juicio F.L.F., que confirmó que desde la tarde del día anterior (era viernes) coincidió con el otro acusado y la víctima en un locutorio de Villarrobledo, «para ver un partido de fútbol». De allí pasaron a un pub de la travesía de San Bernardo, donde siguieron bebiendo, hasta las 5,30 horas. Según F.L.F., él dejó su teléfono como prenda en el bar para tomarse otra ronda de cervezas «porque no teníamos más dinero», y el marroquí medió después para recuperar el móvil. Entonces, ya en la calle, el paraguayo E.R.B. se enfadó, aseguró a los magistrados: «Empezaron a discutir, porque el marroquí le debía dinero, E.R.B. le pegó un puñetazo, yo me puse en medio para separarlos». Según este acusado, el otro procesado dijo a la víctima «te mato». 

Estaba «agresivo», dijo, y según él tras recibir también un golpe se quedó solo y se fue a su casa en dirección contraria. Aseguró no recordar si vio a alguien en la calle cuando volvía a su domicilio, y que por la mañana al día siguiente la Guardia Civil lo citó y le comunicó la muerte de M.N.B., «no lo sabía». Preguntado por la acusación particular por qué tenía sangre de la víctima en sus pantalones, el acusado rumano dijo que tuvo que ser «en la pelea».

El segundo acusado, el paraguayo E.R.B., dio un relato diferente en algunos puntos sobre lo ocurrido esa noche. Aseguró que quienes forcejearon en la calle tras salir del pub fueron él y el rumano, y que la víctima medió. Reconoció que el marroquí e debía dinero, «12 euros», y que en garantía de esa deuda él tenía el documento de identidad en su bolsillo, un documento que M.N.B. le reclamó en medio de la discusión. Asegura que salió corriendo tras él, «porque me quitó el teléfono móvil», pero se lo devolvió en ese momento. «Él se fue hacia el BBVA, yo me fui por otra calle, no sé qué pasó».