La pandemia vapulea a los modestos

C. Guzmán
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El Club Rugby Albacete ve «muy complicado» reanudar la competición y mantiene paralizados todos sus restantes proyectos deportivos en el último año

Imagen de un partido del CR Albacete en diciembre de 2020 - Foto: CRA.

La disciplina del rugby, por sus características propias de deporte de contacto y sus escasos recursos, sobre todo en las categorías territoriales, se está viendo notablemente afectada por la expansión de la pandemia de coronavirus .

El Club Rugby Albacete vive una experiencia descorazonadora en un momento en el que el club parecía tomar un nuevo impulso en diversos ámbitos. Desde el punto de vista de la competición federada, el equipo sénior masculino había obtenido el ascenso a la Primera Territorial valenciana, que es donde está inscrito. Las sucesivas olas de la pandemia obligaron a paralizar las ligas, precisamente cuando se aprestaban a inaugurar el calendario.

Recientemente tuvo lugar una reunión telemática entre la Federación de Rugby de la Comunidad Valenciana (FRCV) y los presidentes de los clubes para buscar unas soluciones que se antojan muy complejas. En esa comunidad las restricciones ni siquiera permiten los entrenamientos, mientras en Castilla-La Mancha sí lo están, aunque en condiciones difíciles, sin el contacto habitual, con medidas de separación y uso de mascarilla, lo que resulta muy problemático en esta disciplina.

 «La FRCV está intentando buscar fórmulas para terminar la competición, pero supeditada a lo que diga la Federación Española, con sus distintas categorías nacionales que  demandan que se termine el calendario, mientras  nosotros, si estamos un año en blanco, no pasará nada», explicó a este diario Hernán Arizmendi, presidente del CR Albacete, cuyo nombre del equipo sénior masculino es Ancoralba Albacete tras el acuerdo de patrocinio por dos temporadas.

La última propuesta federativa, que pasa por realizar tests de antígenos 72 horas antes de cada partido resulta inviable para las modestas economías de los clubes. «En cada partido nos costaría 150 euros la adquisición, más la persona que los practique y el médico que firme la lista, lo que supondrían otros 250 euros, es decir, 400 euros por partido. Si se juegan cinco partidos, que es la fórmula que propone la Federación, el coste ascendería a 2.000 euros», explicó Arizmendi, que ve insuficiente la ayuda federativa del 30% en la compra de las pruebas diagnósticas.

«No tiene mucho sentido, en este nivel, cargar a los clubes con este gasto porque ya de por sí estamos tocados. No hay el número de fichas que se esperaban porque la gente tiene miedo, con familia y mayores en casa. Ahora supondría cargar a los clubes con otros 2.500 euros, si pasas a la final», razonó.

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