Una bola de fuego sobrevoló Albacete

Redacción
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El fenómeno se produjo al entrar en la atmósfera terrestre, a gran velocidad, una roca procedente de un asteroide que, según los detectores de la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa, tardó en extinguirse casi un minuto

Una multitud de testigos casuales de todo el país, incluyendo vecinos de Albacete, vieron anoche una impresionante bola de fuego que sobrevoló toda la Península Ibérica alrededor de las 22,10 horas, un fenómeno que se produjo al entrar en la atmósfera terrestre a gran velocidad una roca procedente de un asteroide, según informa la Fundación AstroHita en un comunicado.

El fenómeno, del que se hicieron eco en redes sociales, destacó por su larga duración, pues la bola de fuego tardó en extinguirse casi un minuto, cuando lo habitual es que duren solamente unos pocos segundos. La suerte es que fue grabado por los detectores que la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa (Red SWEMN) opera en el Complejo Astronómico de La Hita, en la provincia de Toledo, unos detectores que trabajan en el marco del Proyecto Smart, que se coordina desde el Instituto de Astrofísica de Andalucía, con el objetivo de monitorizar continuamente el cielo para registrar y estudiar el impacto contra la atmósfera terrestre de rocas procedentes de distintos objetos del Sistema Solar. 

Este fenómeno ha sido analizado por el investigador responsable del Proyecto 'Smart', el astrofísico José María Madied,  del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), que ha determinado que el evento era "un bólido rozador", es decir, una bola de fuego que se genera cuando una roca entra en la atmósfera de forma casi tangencial, siguiendo una trayectoria casi paralela al suelo.

En ocasiones, las rocas que dan lugar a bólidos rozadores no se destruyen completamente en la atmósfera, sino que vuelven a salir de ella y de esta forma continúan su camino en el espacio siguiendo una órbita ligeramente modificada respecto a la que llevaban antes de entrar en dicha atmósfera. Los cálculos realizados indican que esto fue precisamente lo que sucedió en este caso, añade la Fundación AstroHita en su nota de prensa.

La roca que originó la bola de fuego entró en la atmósfera terrestre a una velocidad de unos 61 mil kilómetros por hora y procedía de un asteroide. El brusco rozamiento con la atmósfera a esta enorme velocidad hizo que la roca se volviese incandescente, generándose así una bola de fuego que se inició a una altitud de unos 85 km sobre la provincia de Lugo. Desde allí avanzó en dirección sureste, cruzando el país en una trayectoria ligeramente descendente, prácticamente paralela al suelo. Continuó perdiendo altitud lentamente hasta llegar al suroeste de la Comunidad de Madrid, momento en el que empezó a ganar altura progresivamente mientras seguía avanzando hacia el suroeste de la Península Ibérica. Finalmente la bola de fuego se extinguió cuando se encontraba a una altitud de unos 87 km sobre el mar Mediterráneo, frente a la costa de Almería. En ese punto la roca abandonó la atmósfera terrestre siguiendo una órbita ligeramente diferente a la que inicialmente seguía cuando se cruzó con nuestro planeta.