Un caso de venta de drogas en el entorno del barrio de Fátima lleva hoy lunes a juicio a una decena de personas acusadas de diversos delitos por los que deberán responder ante los magistrados de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial. El caso, en el que hay procesados varias personas de Murcia, se remonta a septiembre de 2015, cuando la Policía Nacional se puso sobre la pista del grupo responsable del tráfico de sustancias, principalmente hachís. El considerado jefe del grupo, de iniciales J.F.G.L., se enfrenta a una posible condena de cuatro años y 10 meses de prisión, más multa de 6.000 euros, por el delito contra la salud pública y el delito de grupo criminal. Está en prisión provisional por estos hechos desde junio de 2017.
El escrito de acusación de la Fiscalía dice que sobre este acusado se centró la investigación para conocer dónde ocultaba la droga y sus posibles proveedores, de forma que se le intervinieron los teléfonos. La vigilancia policial y las escuchas permitieron saber que el hachís solía venderse «en la plaza de Fátima sin la necesidad de concertar cita previa», pero también en el cruce de las calles Hermanos Jiménez y Pérez Pastor. Entre los 10 acusados está también la compañera sentimental de J.F.G.L., que es M.C.G.C., quien «incluso llamaba a proveedores para e hicieran entrega de la sustancia», o también «atendía a los clientes, proporcionándoles el estupefaciente desde su domicilio, una vivienda del barrio del Pilar. A ella solicita la acusación pública dos años y ocho meses de prisión más multa de 4.000 euros.
La Fiscalía sostiene la acusación contra otros colaboradores de la trama, como J.C.S.N., quien «participaba en la venta al menudeo» o guardaba hachís para el principal acusado, por lo que también se enfrenta a dos años y ocho meses de cárcel.
DROGA EN EL VEHÍCULO. Entre el resto de acusados destaca la participación de A.A.E.M.A., también en prisión provisional, quien se enfrenta a cinco años y cuatro meses de cárcel más el pago de una multa de 28.000 euros. En él concurre la agravante de reincidencia, y sobre él hizo la Policía Nacional un seguimiento en septiembre de 2016. Viajó hasta Murcia, luego a la pedanía de Lo Ferro y luego a Alcantarilla, donde fue interceptado por los agentes. En los bajos del coche que conducía llevaba medio centenar de pastillas que eran resina de cannabis, y otras siete pastillas más se encontraron en su casa. En total, eran más de cinco kilogramos y medio de resina de cannabis, con una pureza del 27,7%, que en el mercado ilícito hubieran valido cerca de 12.000 euros.
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