El príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán, «autorizó» una campaña secreta para silenciar a los disidentes con seguimientos, secuestros, detenciones y torturas de ciudadanos saudíes, un año antes del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, según informó ayer The New York Times citando a funcionarios estadounidenses con acceso a material clasificado sobre ese equipo especial.
Algunas de sus operaciones clandestinas fueron llevadas a cabo por los mismos integrantes del grupo que presuntamente mató y descuartizó a Khashoggi, un crimen que esos funcionarios consideran parte de la campaña de intimidación.

El equipo está implicado en al menos una docena de operaciones desde 2017, entre ellas, repatriaciones forzosas de países árabes y torturas en palacios del príncipe y de su padre, el rey Salman.
Fueron tantas las actuaciones, que el diario aseguró que uno de sus miembros reclamó al príncipe una retribución especial.